49.
Tobio Kageyama
Desperté con un dolor punzante en la cabeza y un frío metal apretando mis muñecas. Estaba atado a una silla en una sala oscura y poco iluminada. Solté un gruñido de frustración, insultando al aire.
¿Cómo pude haber sido tan idiota?
—Maldita sea, Tobio, ¿por qué lo hiciste?— murmuré para mí mismo— ¿Por qué no lo dijiste a nadie?
Entonces lo vi. Frente a mí, un chico de cabello oscuro, ojos azules y una mirada analítica. Sus manos de curandero eran inconfundibles.
—Keiji— dije con veneno en mi voz— Así que eras tú.
Sonrió, una sonrisa fría y calculadora— No deberías haberme seguido, Tobio. Fue una estupidez.
Me revolví en la silla, tratando de liberarme, pero era inútil. Suspiré con resignación, mi mente trabajando a toda velocidad.
—Saldré de aquí y todos sabrán quién es el verdadero topo— dije.
Él rió suavemente, sin una pizca de remordimiento en su mirada— La alianza ya no tiene nada que descubrir, logré sacar a Itadori y ahora masacrarán a todos. A la Madriguera, el Nekoma, el Kamomedai y los Ravens.
—¿Por qué haces esto?— pregunté, sin poder entender su traición.
—Porque el grupo de Itadori me sacó de los Noctámbulos. Me salvaron de toda esa mierda.
—Pensé que los Noctámbulos te importaban.
—No. Los odiaba a todos, excepto a Bokuto— respondió sin titubear— Los quería muertos.
—¿Bokuto sabe algo de esto?— pregunté esperando una respuesta que pudiera redimir algo de esta situación.
—No. Es inocente de esta traición.
—¿Lo matarás a él también?
—No. Mi única condición para dejar que asesinaran a la alianza de pandillas fue que dejaran con vida a Bokuto y a Yamaguchi, los quiero a mi lado en esta lucha
Mi corazón se hundió— Yams nunca se unirá a ustedes.
Se encogió de hombros— No lo sabes— dijo, antes de salir de la sala, dejándome solo.
La puerta se cerró tras él y el silencio me envolvió. Mi mente no dejaba de trabajar, tratando de encontrar una forma de salir de esta trampa, de advertir a mis amigos, de salvarlos. Pero en ese momento, todo lo que podía hacer era esperar.
Estaba solo en la sala, mis pensamientos revoloteando en mi cabeza mientras intentaba encontrar una forma de salir de allí. Analicé cada rincón, cada detalle del ambiente, buscando algo que pudiera usar a mi favor. De repente, una chica castaña apareció sonriendo. Sus ojos brillaban con una mezcla inquietante de diversión y malicia.
—¿Qué quieres?— pregunté tratando de mantener la calma.
—Me llamo Nobara— su voz sonaba ligera y despreocupada— Y quiero hacerte daño.
—No tienes cara de hacer daño a los demás— respondí con una sonrisa burlona.
Ella rió, un sonido frío y desprovisto de alegría— No sabes nada. —sacó un cuchillo curvado del bolsillo de su vestido y se acercó a mí.
Tomó mi rostro con fuerza, obligándome a mirarla directamente a los ojos.
—Déjame en paz.
—Eres muy atractivo— sus dedos presionaron mi mandíbula.
—Perdón, pero tengo novio— dije utilizando un tono sarcástico.
Nobara soltó una carcajada— Y yo tengo novia.
—¿Qué me vas a hacer?— pregunté intentando mantener mi voz firme.
Sonrió y acercó el cuchillo a mi rostro— Lo más lindo de tu rostro son tus ojos. Azules como zafiros.
—Más bien como zirconias— repliqué, sabiendo que seguir el juego no detendría lo que iba a suceder.
—Esto dolerá mucho— su voz gélida logró asustarme— Y no cierres los ojos.
El cuchillo se acercó lentamente a mi ojo. El miedo me envolvió, un miedo tan profundo que casi podía sentirlo en cada célula de mi cuerpo. El dolor fue insoportable cuando el cuchillo cortó, una sensación ardiente y desgarradora que hizo que cada fibra de mi ser gritara de agonía. Intenté mantener la calma, intenté concentrarme en cualquier otra cosa, pero el dolor era omnipresente, inescapable.
Sentí la presión aumentar, el cuchillo hundiéndose más. Mi visión se volvió borrosa, luego oscura, mientras el dolor me consumía. Grité, un sonido desgarrador que resonó en la sala, pero no hubo respuesta, solo más dolor.
El mundo a mi alrededor comenzó a desvanecerse. Sentí cómo mi cuerpo se relajaba a medida que la conciencia me abandonaba. El alivio del dolor fue sustituido por una oscuridad profunda y envolvente. Y entonces, ya no sentí nada.
Autora:
Sorpresaa X2
Perdón. Los quierooo.
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Partners in crime// Tsukiyama/kagehina
Teen Fiction"Nunca nos llevarás vivos Juramos que la muerte nos separará Llamarán a nuestros crímenes una obra de arte."