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Tadashi Yamaguchi

Dejé que Shoyo terminara de vendar mis heridas, observando en silencio su expresión. Algo en su mirada me inquietaba, una sombra de apagamiento que no era común en él. Sus ojos, que solían brillar con una chispa contagiosa, ahora parecían apagados, como si una parte de su luz se hubiera extinguido.

—¿Quieres hablar de algo?— pregunté con suavidad, rompiendo el incómodo silencio.

Negó con la cabeza, forzando una sonrisa que no llegaba a sus ojos— Estoy bien.

No le creí. Conocía a Shoyo demasiado bien como para ignorar la tormenta que se gestaba en su interior. Su mirada lo decía todo, incluso cuando intentaba ocultarlo.

—No me mientas, Shoyo— dije con firmeza— Sé cuando algo va mal. Lo veo en tu mirada.

Su sonrisa se desmoronó, dejando al descubierto una tristeza profunda que me conmovió— Es por lo del secuestro— bajó la vista a sus rodillas— No puedo dejar de pensar en ello.

—Sé que es difícil. Pero no estás solo. Estamos aquí para ti. Todos nosotros.

—Yams— murmuró— ¿cómo lo hiciste tú? ¿Cómo lograste superar lo que te pasó de niño?

Sabía a qué se refería. Lo sabía muy bien.

—No se supera del todo, Shoyo. Y mucho menos se olvida. Lo que sí aprendes es a vivir con esa parte de ti, a integrarla en tu historia sin dejar que te defina.

—Eso suena difícil...

—Lo es. Porque sea difícil no significa que sea imposible, ¿no lo crees?

—Tal vez— sus dedos acariciaron mis brazos— ¿Me pasará lo mismo que a ti?

—No...

Levantó su mirada al instante— ¿Por qué tienes tanta seguridad de eso?

—No voy a permitir que sigas mis pasos, Shoyo— tomé su mano— Escucha. Cuando sucedió eso...yo estaba solo, nadie nunca me apoyó. Ese no es tu caso, hay muchas personas que están listas para sostenerte y ayudarte a sanar.

—¿Quién te ayuda a sanar a ti?

Su pregunta me tomó desprevenido. En cierto momento de mi vida llegue a cuestionarlo seriamente, sin embargo, mi respuesta era muy clara.

—Ustedes lo hacen. No se que haría si no hubieran llegado a mi vida.

—Creo que estaríamos muertos.

—¿Qué estás diciendo?

—Nos ayudaste a todos, a sanar, y nos protegiste. Como mínimo debemos auxiliarte cuando sientas que todo a tu alrededor se desmorona.

—No suelo sentir eso...

—No me mientas— me observó con determinación— Saldremos de esta todos juntos.

—¿Por qué me lo dices?

—Porque se que si se te presenta la oportunidad, te sacrificarías por nosotros y no pienso permitirlo.

Nos quedamos en silencio por un momento, descubrí nuevamente que tenía amigos que me querían, que me apoyaban y que lucharían junto a mi para salir de la oscuridad.

Nos quedamos en silencio por un momento, descubrí nuevamente que tenía amigos que me querían, que me apoyaban y que lucharían junto a mi para salir de la oscuridad

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Partners in crime// Tsukiyama/kagehinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora