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Kei Tsukishima

Cuando volvimos a la casa segura, el resto de Nekoma ya había llegado. Kuroo se acercó primero, presentando a un chico joven con una gasa en la mejilla, cubriendo una quemadura.

—Este es Shibayama.

El chico me observó sus sus grandes ojos— Aún no debería haber salido del hospital pero ayudaré con lo que pueda. Shoyo me sacó de entre las llamas, lo mínimo que puedo hacer es colaborar con su rescate.

—Gracias por ayudarnos —le dije, él asintió tímidamente.

Kuroo señaló le hizo una seña a otro chico y este se acercó— Este es Taketora.

—Lo lamento por lo de la explosión— dije al chico.

—No es nada, esas cosas pasan —respondió, chocando su puño con el mío.

Poco después aparecieron Yaku e Inuoka. Inuoka nos saludó con un movimiento de cabeza mientras Yaku, apoyado en muletas, se acercaba.

—¿Cómo va lo de tu tobillo?— pregunté.

—Está bien. Me mejoraré pronto, pero ahora lo importante es encontrar a los chicos desaparecidos— respondió con cierta determinación—. Sin Yamaguchi como líder de los Ravens, no sé qué tan factible sería la alianza con el Nekoma.

—Tienes razón. Necesitamos encontrar a ambos, hemos tenido tantas pérdidas de miembros que no soportaría perder a dos más.

—Si, el arresto de Tanaka y Ennoshita, además de que Kinoshita y Narita tuvieran que irse, fue un golpe duro para ustedes.

—Lo fue.

—Bueno, iré con Yachi para recopilar toda la nueva información que trajeron

Sentí alivio al saber que teníamos aliados que se preocupaban por nosotros y harán todo lo posible para apoyarnos.

Sentí alivio al saber que teníamos aliados que se preocupaban por nosotros y harán todo lo posible para apoyarnos

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Tobio Kageyama

Estaba revisando los archivos que encontramos en la casa de Shoyo. Había información sobre muchas pandillas, detalles que ni los Ravens conocían; no entendía cómo Shoyo sabía tanto.

Las pandillas variaba desde las más pequeñas hasta las más poderosas, con nombres de miembros conocidos, apodos, fotos y menciones de algunos crímenes.

Me detuve en un expediente especialmente voluminoso. En la parte frontal, en letras claras, se leía: "Los noctámbulos". Ese nombre me resultaba familiar.

Leí lo que había dentro. Los crímenes eran atroces, centrados principalmente en torturas sangrientas. Las víctimas quedaban tan traumatizadas que apenas podían hablar de lo sucedido.

Me detuve en la declaración de un chico llamado Konoha Akinori, quien testificó diciendo que había formado parte de esa pandilla. No quiso dar nombres de aquellos que le importaban, pero mencionó a la líder, una mujer pelirroja con dos hijos, un chico y una niña pequeña. Testificó porque no quería que ella siguiera haciendo de las suyas y temía por los hijos de la mujer.

Partners in crime// Tsukiyama/kagehinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora