30.
Kei Tsukishima
Comencé a caminar más rápido, seguido de cerca por Yachi. Ella me miraba con preocupación—¿En verdad vamos a hacer eso que estás pensando?
—Haría todo por Yamaguchi —respondí, sin detenerme— Pero tú no deberías acompañarme. Es muy peligroso.
—Te acompañaré. Es imposible que te deshagas de mí.
Tomé la radio— Necesito una distracción.
La respuesta de Nishinoya fue inmediata—Lo haré encantado.
Pasaron varios minutos y escuchamos explosiones. Tomé a Yachi del brazo y nos escondimos, vimos a varios guardias corriendo hacia la zona de las explosiones.
—¿Nishinoya sabe algo de explosivos? —preguntó Yachi.
—No —respondí—, pero él sabe improvisar. Los explosivos se los dejé yo, por si acaso. Cuando los guardias lleguen, verán la especialidad de Nishinoya.
—"Machete" — abrió los ojos con sorpresa.
—Es una caja de sorpresas —dije, continuando por los pasillos hasta llegar a la zona de las habitaciones.
Comenzamos a buscar una por una, pero no encontramos nada. Mi frustración no hacía más que crecer, temiendo que no lo encontraríamos nunca. Quizás era demasiado tarde y estaba muerto.
—¡Busca más rápido!— grité.
Ella me apuntó con el revólver—No me grites.
—Tienes el seguro puesto.
Yachi bajó el arma y señaló una última puerta. Corrí para abrirla, pero estaba trabada, por lo que comencé a golpear la puerta con fuerza, tratando de abrirla.
—¡Detente, te vas a lastimar!— dijo Yachi, alarmada.
—¡Ayúdame en vez de quedarte allí parada!
En ese momento, vimos a varios guardias acercándose por el pasillo.
—¡Tenemos que irnos! —insistió.
Pero yo seguía golpeando la puerta—¡No podemos dejar a Yamaguchi!
Los guardias se acercaban y pensé que todo había terminado, que no pude salvar al amor de mi vida. Observé a Yachi con la esperanza de que corriera y se salvara, pero ella miraba directamente a los guardias con su arma en alto, dispuesta a darlo todo por salvarnos o morir en el intento.
De repente, una ráfaga de disparos derribó a todos los guardias. Inouka apareció junto a Lev.
—Nishinoya nos envía —dijo Lev. Inouka me pasó una palanca.
La sostuve entre mis manos y golpeé la cerradura hasta romperla.
—Apúrate —dijo Lev—. Taketora movió la camioneta y ahora está más cerca.
Abrí el pestillo y empujé la puerta. Ingresé en la habitación penumbrosa, con el corazón casi desembocado.
Allí estaba Yamaguchi, sentado en una silla con los brazos vendados y los ojos cerrados.
—No, no, no— murmuré temiendo lo peor al no verlo moverse. Lo tomé por los hombros y lo sacudí un poco, luego subí una mano para tomarle el pulso. Suspiré al sentir los latidos de su corazón.
Abrió lentamente los ojos—¿Por qué tardaste tanto?
Comencé a llorar de inmediato— Perdoname por no llegar antes...
—Me encontraste, eso es lo que importa.
Me abrazó y lo atraje hacia mí, ayudándolo a levantarse. Se mareó, supongo que por la pérdida de sangre de sus heridas, pero lo sostuve.
—Lev, avisa que encontramos a Yamaguchi —dije—. Inouka, abre camino.
—No será necesario —respondió Inouka—. No queda nadie más en el lugar.
—Eso es extraño —comenté.
En ese momento, sonó una alarma y la radio emitió la voz agitada de Kuroo— Keiji nos dijo que el almacén tiene un protocolo de destrucción. Todo volará en pedazos. Salgan. Ya.
—¿Quién es Keiji?— preguntó Lev.
—¡Eso no importa!— exclamó Yachi— Hay que salir.
Comenzamos a correr.
Tomé la mano de Yamaguchi y lo obligué a correr con rapidez.
Logramos salir y subirnos a la camioneta, donde el resto del equipo hya se encontraba dentro.
—¡Taketora! ¡Enciende la maldita camioneta!— exclamó Lev.
Taketora aceleró y nos alejamos del almacén justo cuando explotó. El fuego resplandecía a lo lejos mientras la onda expansiva se acercaba, sin llegar a dar con nosotros. Era simplemente espectacular observar este escenario, me encantaba. No obstante, debía centrar mi atención en las personas que estaban conmigo.
Vi cómo Shoyo se lanzó sobre Yamaguchi para abrazarlo. Quería decir algo, pero mi radio sonó.
La tomé y escuché la voz de Kageyama— Nos vemos en la base.
—Gracias por buscarnos— murmuró Yamaguchi sollozando.
—Siempre te buscaré —le dije, tomando su mano con fuerza.
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Partners in crime// Tsukiyama/kagehina
Teen Fiction"Nunca nos llevarás vivos Juramos que la muerte nos separará Llamarán a nuestros crímenes una obra de arte."