.EXTRA 3.

241 26 9
                                    

EXTRA 3

LOS RAVENS Y LA POLICÍA

En la oficina de la comisaría, Daichi Sawamura estaba sentado detrás de su escritorio, rodeado de montones de documentos y archivos.

Había sido una semana larga, y el peso de sus responsabilidades como jefe de la policía se hacía cada vez más palpable.

Con un suspiro, se reclinó en su silla, observando el teléfono en su mano. Sabía que esta llamada no sería fácil, pero era necesaria.

Marcó el número y esperó, escuchando los tonos mientras el teléfono sonaba al otro lado.

Finalmente, la línea se conectó, y la familiar voz de Yamaguchi respondió con un tono tranquilo, pero firme— Oficial...

—Yamaguchi— respondió— Sabes por qué te llamo, ¿verdad?

—Lo sé, supongo que tienes algo que decirme.

—Prometieron que no actuarían más, que los Ravens dejarían de intervenir. Pero parece que no cumplieron con su palabra.

Un silencio pesado se apoderó de la línea, antes de que Yamaguchi respondiera, su voz imperturbable— No nos detendremos, Daichi. Con o sin la policía detrás de nosotros, vamos a seguir adelante.

—Eso es lo que temía. Sabes que si siguen por este camino, tendré que hacer mi trabajo. Te encontraré, Yamaguchi. A ti y a los Ravens. Y cuando lo haga, los encerraré.

—Nunca nos tomarán vivos, no dejaremos que nos detengan, no cuando aún hay tanto por hacer.

Daichi no pudo evitar una risa breve y seca. La situación era tan surrealista que casi parecía una mala broma— Esto es ridículo, Yamaguchi. Nunca imaginé que esto sucediera luego de que los ayudaramos. Pero aquí estamos, tú amenazando con seguir adelante, y yo prometiendo que te atraparé.

—Así es la vida. Haz lo que tengas que hacer, nosotros haremos lo mismo.

—Entonces prepárate. Nunca dejaré de buscarlos."

Te esperaré— replicó, y había una extraña calma en sus palabras, como si ya hubiera aceptado el inevitable enfrentamiento que se avecinaba.

El silencio se extendió entre ellos, una pausa cargada de entendimiento mutuo, de respeto incluso. Daichi sabía que Yamaguchi estaba tan comprometido con su causa como él lo estaba con la suya. Y en ese momento, comprendió que esta sería una batalla larga y ardua, una en la que ninguno de los dos cedería terreno fácilmente.

—Cuídate, Yamaguchi. Aunque estemos en lados opuestos, no quiero que esto termine mal.

—Lo mismo digo...

Y con eso, la llamada terminó. Daichi se quedó mirando el teléfono por un momento antes de dejarlo sobre el escritorio. Sabía que lo que venía sería difícil, pero no podía permitirse flaquear.

Se levantó de su silla y miró por la ventana de su oficina, hacia la ciudad que juró proteger. No importaba cuán surrealista se volviera la situación, no importaba cuánto se torcieran las líneas entre el bien y el mal. Él cumpliría con su deber, sin importar lo que costara.

Y mientras lo hacía, sabía que los Ravens estarían ahí fuera, esperando y él estaba listo para atraparlos uno por uno.

Partners in crime// Tsukiyama/kagehinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora