Estaba en mi oficina, observando la información que Semi me había enviado desde su estación. Había muchos datos sobre el Nekoma y algo más, algo desconocido incluso para las autoridades. Suspiré y recosté mi cabeza en el escritorio, sintiendo el peso de la incertidumbre y la frustración.
—¿Cómo vamos a proceder?— murmuré para mí mismo, sin esperar una respuesta.
Quería atrapar a los Ravens. Eran un grupo peligroso, y no podía permitir que siguieran operando impunemente. Pero había algo más, algo que Kiyoko me había mencionado después de hablar con Yachi.
—No quiero ver muertos a los Ravens— admití en voz baja, sorprendiéndome a mí mismo con esa revelación. Aunque eran nuestros enemigos, había una parte de mí que no quería que esto terminara en una masacre.
Me enderecé en mi silla, mirando la pantalla del ordenador. Los datos parpadeaban frente a mis ojos, líneas y líneas de información que podrían contener la clave para resolver este enigma. Pero, ¿cómo podíamos actuar sin poner a todos en riesgo?
En ese momento, mi teléfono vibró en el escritorio. Lo levanté y vi que era un mensaje de Kiyoko.
"Necesitamos hablar. Es urgente."
Suspiré nuevamente, levantándome de mi silla. Sabía que no podía quedarme aquí, dudando y preocupado. Tenía que tomar una decisión y actuar, pero lo haría con cuidado. Salí de mi oficina, decidido a encontrar a Kiyoko y planear nuestro siguiente movimiento.
Mientras caminaba por los pasillos, mi mente seguía volviendo a la misma pregunta: ¿qué era ese algo más? Y, más importante aún, ¿cómo podíamos detenerlo sin provocar una catástrofe?
Llegué a la oficina de Kiyoko y golpeé la puerta suavemente antes de entrar. Ella levantó la vista de su escritorio y me saludó con una mirada seria.
—¿Qué has encontrado?— pregunté, tomando asiento frente a ella.
—Estuve revisando las cosas de Yachi —dijo Kiyoko, deslizando un archivo hacia mí— Según lo que encontré, hay una fuerza mayor detrás de todo esto, algo que incluso los Ravens temen.
Abrí el archivo y comencé a leer. Cuanto más leía, más claro se volvía que esto no era simplemente una cuestión de atrapar a los Ravens. Había algo más grande y más oscuro en juego.
—¿Qué vamos a hacer, Daichi?
Cerré el archivo y lo dejé sobre el escritorio— Primero, necesitamos asegurarnos de que todos estén a salvo. No podemos permitir que esta información caiga en las manos equivocadas. Luego, vamos a planear cómo enfrentar a esta nueva amenaza. Y sobre los Ravens... tendremos que ser estratégicos. No quiero que esto termine en un baño de sangre.
Asintió, y pude ver la determinación en sus ojos. Sabía que no sería fácil, pero estábamos en esto juntos. Y haríamos lo que fuera necesario para proteger a todos, incluso si eso significaba trabajar con nuestros enemigos temporales para enfrentar un mal mayor.
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