26.
Tobio Kageyama
Nos adentramos en la habitación de Shoyo. A simple vista, se notaba que no pasaba demasiado tiempo allí, pero Mei mantenía el lugar impecable para su sobrino.
Observé la habitación—Mei lo quiere mucho.
—Actúa más como una madre —respondió Tsukishima, con una nostalgia en los ojos que no podía entender del todo. Sabía que los padres de Tsukishima habían fallecido por un ajuste de cuentas, y todos los temas relacionados con las madres lo ponían sentimental.
No era momento para sentimentalismos, así que lo interrumpí antes que dijera algo más—Dejemos la charla y comencemos a buscar.
—No sé por dónde empezar, nunca estuve aquí —admitió.
—Yo sí. Empieza buscando en las estanterías.
Mientras él revisaba las estanterías, me dirigí al escritorio y comencé a revisar los cajones, buscando cualquier pista que pudiera ayudarnos a encontrar a Shoyo.
Tadashi Yamaguchi
Abrí los ojos después de haber perdido la consciencia una vez más, ya había perdido la cuenta de cuántas veces me había desvanecido y despertado solo para volver a sentir un cuchillo cortando mis brazos. Miré hacia abajo y vi la sangre correr a borbotones, pero una mano apareció en mi campo de visión, limpiando las heridas. El ardor se extendió por la zona y tuve que apretar los dientes para no quejarme.
Levanté la vista y me encontré con un chico, quien era el que estaba limpiando mis heridas. Tenía el cabello negro, los ojos azules y una mirada indescifrable, mirando los cortes en mis brazos sin emoción.
—¿Quién eres? —pregunté, tratando de captar su atención.
El chico me miró por unos segundos, luego siguió con su tarea sin responder. Sabía que en estos casos debía tratar de generar empatía, así que me presenté.
—Soy Tadashi Yamaguchi, tengo 17 años. Cumpliré 18 el próximo mes.
El chico suspiró—Keiji —dijo—. Tengo 19 años— sus ojos conectaron con los míos— Debes salir pronto de aquí, no te ves nada bien.
—Si pudiera, saldría lo más pronto posible.
—Puedo ayudarte, pero tienes que prometerme que no dirás nada.
Asentí con la cabeza—Gracias... de verdad, gracias.
—Haré todo lo posible, no me gusta que aquí se hagan estas cosas. Solo estoy a favor de la tortura si la persona realmente lo merece, ¿qué hiciste para terminar en esta situación?
—Creo que estuve en el momento y en el lugar equivocado.
—Está bien. Tengo que irme.
Se levantó para irse, pero lo detuve con una pregunta que me quemaba por dentro— ¿Sabes algo de un chico pelirrojo? ¿Dónde está?
ESTÁS LEYENDO
Partners in crime// Tsukiyama/kagehina
Teen Fiction"Nunca nos llevarás vivos Juramos que la muerte nos separará Llamarán a nuestros crímenes una obra de arte."