14. Una Ducha con Mamá.

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De milagro conseguí zafar de la incómoda situación en la que me encontró mi mamá. Si ella no hubiera hecho tanto ruido al abrir la puerta, hubiera visto parte de mi verga dentro de la concha de Estefanía. ¿Y qué iba a decirle? ¿Que mi hermana y yo estábamos jugando al doctor? Ni siquiera sé por qué llegamos tan lejos en ese absurdo "jueguito". Al menos ahora sé que Tefi no está enojada conmigo, al contrario.

Mi mamá caminó tan rápido como pudo, me agarró de la mano y me arrastró con ella. Estoy seguro de que no quería que mis otras hermanas me vieran con la verga dura. Entramos a su cuarto y dijo:

―¿Por qué estaban desnudos los dos en el baño? ―Fui un ingenuo al creer que ella dejaría pasar esto tan fácil.

―Em... ya te lo dijimos. Nos queríamos bañar, peleamos porque ninguno de los dos quería salir. Tefi dijo: "Yo me voy a bañar igual", y se quitó la ropa.

―¿Acaso no le importó que su hermano la viera desnuda?

―Pero, mamá... a Macarena ya la vi desnuda varias veces.

―Pero Tefi no es Macarena.

―Puede ser, pero a Tefi la vi en tanga y en tetas... me imagino que no le importó demasiado si yo la veía sin la tanga.

―Y a vos tampoco te importó que ella te vea desnudo...

―Em... no mucho. O sea... Macarena, la tía Cristela, vos... e incluso Gisela, ya me vieron desnudo. Como que me estoy acostumbrando a eso.

―¿Gisela también? ―Preguntó, abriendo mucho los ojos.

―Ah... em... ―soy un pelotudo―. Eso fue una boludez, pasó hace varios días. Gisela entró al baño mientras yo me estaba duchando...

―Ah... fue un accidente ―dijo, serenándose un poco.

―Sí... y no pienses nada raro de mí o de Tefi, a mí se me paró la verga porque...

―Eso es lo de menos, Nahuel. Sé que siempre se te para la verga, y que no lo podés evitar. Creo... creo que tus hermanas se deberían acostumbrar a eso, especialmente si no les importa que las veas desnudas. Esto va a pasar siempre ―dijo, señalando mi miembro erecto―. Lo que no me gusta es que se acostumbren demasiado a andar desnudos.

―La intención no era esa ―me defendí―. Queríamos bañarnos... y ésto se podría haber evitado si tuviéramos acceso a un segundo baño.

―No se evitaría, porque somos muchos viviendo en una casa que no es muy grande.

―Pero sería más fácil si no tuviéramos que compartir el mismo baño entre tantas personas. No sé por qué a Ayelén le dejás usar tu baño y a nosotros no.

―Eso es diferente.

―¿Por qué es diferente? No lo entiendo.

―Basta, Nahuel, ahora no quiero discutir sobre eso. Andá a bañarte.

Era inútil seguir discutiendo, además salí mejor parado de lo que me imaginaba, así que podía considerarlo una victoria.

Entré al baño en suit de mi mamá y no vi nada extraño. Se trata de un baño pequeño, pero muy bonito. Estaba super limpio, como era de esperar de mi madre. La ducha estaba en la pared contraria a la puerta de entrada... y la mayor diferencia con el baño principal, es que aquí hay una bañera. Es uno de los motivos por el cual mis hermanas lamentan tanto que Alicia ya no las deje bañarse acá. Todas disfrutaban de las comodidades de la bañera, especialmente Gisela; pero hasta ella recibió la prohibición de entrar.

A veces me preocupa que la fobia a los gérmenes y las enfermedades de mi madre terminen por aislarla demasiado. Quizás algún día ni siquiera nos permita estar cerca de ella. Espero que nunca llegue a ese extremo.

Aislado Entre MujeresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora