Me hubiera gustado que el cuarto estuviera en silencio, pero las últimas declaraciones de Fernanda calentaron el ambiente. Ahora solo podía escuchar el bullicio causado por mis cuatro hermanas. Todas hablaban a la vez, protestando y exigiéndole una disculpa. Incluso Cristela se había sumado al bullicio; pero ella pedía calma. Fernanda se defendía de cada comentario con evasivas.
Los únicos en silencio éramos mi mamá, Brenda y yo. Observábamos todo el asunto esperando que se calmara por arte de magia. Obviamente esto no iba a ocurrir. Tuvo que ser Alicia quien le puso final a esta discusión de la que no se podían sacar ni dos frases en limpio.
—Bueno, basta! —Exclamó—. No quiero que se peleen. No les conté esto para que odien a su abuela. Lo único que pretendía era decirle lo que yo pienso. Lo que llevo atragantado desde hace más de veinte años. Ya está, ya lo dije. Los problemas que yo tenga con ella no tienen por qué afectarles a ustedes. Y a mí no me importa que no admita la culpa de nada. Yo sé que actué mal, y ahora también sé que no todo fue culpa mía. Gracias a ustedes conseguí entender eso. En especial gracias a vos, Nahuel. Me ayudaste un montón.
—Em... creo que las que más ayudaron fueron Macarena y Gisela.
—Es cierto, a ellas también les agradezco mucho. Lo único que quiero es que seamos una familia feliz. Estoy harta de peleas, discusiones y... de todo esto. —Nos señaló—. Me parece que ya llegamos a un punto donde el sexo se nos fue de las manos. ¿No les parece? Antes hacía lo posible para que se mantengan lejos del sexo, ahora entiendo que eso no tiene sentido y solo pretendo que lleven una vida sexual sana... y esto no es sano. No es sano que estemos cogiendo entre nosotros. Se tiene que terminar. Ya mismo.
—Eso te lo entiendo, mamá —dijo Macarena—. Yo también creo que es algo que tiene que terminar, porque a la larga va a traer muchas consecuencias negativas. Pero no podés pedir que se termine de un día para el otro. No va a ser tan fácil dejarlo atrás.
—No. Se termina ya mismo —insistió Alicia. En ese momento me di cuenta que nuestra madre se había despertado de su letargo, y ahora era más fuerte que nunca—. Lo digo en serio. Vamos a llevar una vida normal.
—¿Eso significa que ya no vamos a tener sexo entre nosotras? —Preguntó Cristela.
—Así es. La pasé bien con vos, hermana... fueron muchos grandes momentos. Ya los disfrutamos un montón. Nos dimos el gusto. Creo que ya es momento de dejarlo en el pasado. Y con esto también me refiero a que ya no podés coger con Nahuel... ni con ninguna de mis hijas. Quiero que tengan una tía normal.
—Yo la entiendo perfectamente —dijo Gisela. Sus hombros estaban caídos, incluso sus pechos ya no parecían tan erguidos, así supe que habíamos recuperado a la Gisela de siempre—. No podemos estar todo el día pensando en coger. Sino vamos a terminar peor que la abuela. Ella, además de adicta al sexo, ni siquiera es capaz de ver el daño que causa en los demás. No quiero que nosotros terminemos igual que ella. Además, pronto terminará esta cuarentena de mierda, y esto te lo digo a vos, mamá... el día en que vamos a salir de casa se acerca cada vez más. Por más miedo que le tengas al virus, nosotras queremos salir a hacer nuestras vidas... y estoy segura de que Nahuel también querrá hacer lo mismo.
—Lo sé —dijo Alicia, cabizbaja—. Me da mucho miedo salir... y que salgan. Pero entiendo que tendrá que ocurrir algún día. Solo prométeme que lo harán cuando ya todos estemos vacunados. Si cumplen con eso, les prometo que haré todo mi esfuerzo para no joderlos más.
—Por mí está bien —dijo Pilar. Todos estuvimos de acuerdo con ella.
—Entonces —continuó Gisela—. Si alguien quiere coger, tienen dos alternativas: esperar al momento de salir, para encontrarse con alguien que no sea de la familia... o se cogen a Brenda.
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Aislado Entre Mujeres
General FictionNahuel es un chico de 18 años que vive junto a sus cuatro hermanas mayores y su madre. Un día se entera que tendrá que cederle su dormitorio a dos nuevas integrantes de la casa: su tía y su prima. Como si esto fuera poco, se declara cuarentena por c...