El encierro nos está afectando de muchas formas diferentes. Sí, claro, estoy viviendo situaciones con mucha tensión sexual, algo que nunca antes había ocurrido en mi casa; pero también hay más discusiones. Hoy hubo una fuerte discusión entre Ayelén y Macarena, en la que tuvo que intervenir Gisela, para calmar un poco las aguas. Al parecer Macarena piensa igual que Estefanía, ambas quieren que Ayelén y la tía Cristela se vayan de casa. Por supuesto que ellas se hacen las boludas sobre este tema, y en ningún momento amagaron siquiera a marcharse. Pero eso no es todo. Ayelén dijo, más de una vez, que ella quería salir a pasar, que quería ir a una discoteca con unas amigas. Eso se me hizo raro, porque en las noticias dijeron que todas las discotecas están cerradas, por la pandemia. Sin embargo al parecer hay algunas que abren de forma clandestina. Por supuesto mi mamá no quiere saber nada con esto, tiene rotundamente prohibido que cualquiera de nosotros abandone la casa. La discusión se inició cuando mi madre le dijo a Ayelén: "Si salís a bailar, ni te molestes en volver. Vas a tener que buscar otro lugar para vivir". Ayelén respondió con un rotundo: "Yo hago lo que se me da la gana", y ahí saltó Macarena, hecha una furia, a decirle que si quiere vivir en esta casa va a tener que respetar nuestras normas de convivencia. La discusión se puso tan acalorada que por un momento temí que las dos se agarran a las trompadas. Por suerte Gisela, con su tono maternal y comprensivo, logró calmarlas. Ayelén aceptó que no saldría a bailar, muy a regañadientes; pero le pediría algo a cambio a mi mamá. No dijo qué, pero yo me lo puedo imaginar. Probablemente esta noche mi madre pase un largo rato chupándole la concha a Ayelén. Esta situación me genera mucha bronca... y no sé cómo resolverla.
Por suerte no todo fueron discusiones. Lo que sí mejoró en mi casa fueron los víveres. Antes abrir la alacena significaba encontrarse con un vacío que te oprimía el pecho; sin embargo ahora están llenas otra vez. Sé que es gracias al aporte económico que hizo Tefi, aunque esto preferimos mantenerlo en secreto. Cuando Pilar le preguntó a mi mamá de dónde había sacado plata para comprar toda esa comida, Alicia simplemente le contestó: "Una amiga me devolvió la plata que le había prestado hace unos meses". Por esta vez la excusa funcionó muy bien. Tendremos que pensar en algo nuevo para más adelante, porque el cambio en las compras fue muy drástico. Antes mi mamá compraba solo las marcas más económicas, pero ahora hay algunas marcas que no son tan baratas e incluso cuestiones que antes ella misma consideraba "innecesarias", como aceite de oliva o saquitos de té extraños, como por ejemplo uno llamado Earl Gray, o algo así. Intenté tomarlo y no me gustó, pero a mis hermanas les fascina, en especial a Gisela. La única que comparte mi opinión de que ese té tiene un gusto muy extraño es Ayelén. Detesto estar de acuerdo con lo que opina mi prima.
Para despejar un poco mi cabeza, me encerré en la pieza de Macarena a mirar Netflix, aprovechando que ella, después de la discusión, se quedó en el patio, tomando mates con mi mamá, Pilar y Gisela.
Estuve mirando una serie animada bastante entretenida, pero me costó mucho concentrarme. De a ratos mi mente se iba hacia los problemas de convivencia, y de ahí se balanceaba hasta el extremo opuesto: las pequeñas aventuras sexuales que viví en los últimos días. Y esto era un problema en sí mismo, porque recordar esas cosas hacía que mi verga se pusiera dura; pero cuando pensaba en los conflictos la calentura se disipaba de inmediato, así que ni siquiera me podía hacer una paja en paz... a pesar de que lo intenté. Aprovechando que estaba solo, y que a mi hermana no le molesta que lo haga, saqué mi verga y empecé a sacudirla un poco. Fue inútil.
Me pasé como media hora agarrando el cogote del ganso sin lograr que se despertara del todo. De pronto la puerta se abrió, y no me alarme demasiado, ya me estoy acostumbrando a este tipo de situaciones. Además esperaba que Macarena regresara en un momento u otro. Ella me miró con una sonrisa picarona desde la puerta, como si me dijera: "Te sorprendí con las manos en la masa". Macarena estaba desnuda de la cintura para arriba, la noté más bronceada de lo habitual, incluso en sus tetas. Al parecer estuvo tomando mucho sol en el patio.
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Aislado Entre Mujeres
General FictionNahuel es un chico de 18 años que vive junto a sus cuatro hermanas mayores y su madre. Un día se entera que tendrá que cederle su dormitorio a dos nuevas integrantes de la casa: su tía y su prima. Como si esto fuera poco, se declara cuarentena por c...