13. La Tía Cristela.

1.3K 34 6
                                    

Diario de Cuarentena:

<Estoy en la Base (mi pieza), no veo señales del Enemigo. Y esta vez con enemigo no me refiero a mi prima Ayelén, sino a mi tía Cristela. Ella no es mala, pero... por mi propio bien, prefiero evitarla.>

―¿Qué andás haciendo? ―Me preguntó Tefi al entrar en mi cuarto.

―Nada, estoy jugando con la compu.

―¿Qué jugás?

―League of Legends.

―¿Y sos bueno en eso?

―No, la verdad es que soy malísimo. Es un juego online... hay que jugar con otras personas, y casi siempre me terminan puteando.

―Seguramente tenés bien merecidas esas puteadas. Ya vi que sos bastante malo para los videojuegos. En el Assassin's Creed te morís a cada rato.

―Hey, vos también te morís mucho.

―Pero no tanto como vos.

―Te puedo ganar en cualquier juego.

―¿Ah si? ¿Y tenés algún juego que se pueda jugar de a dos? ¿Qué es lo que juegan siempre cuando vienen tus amigos?

―Em... el juego de fútbol.

―No me gusta el fútbol. ¿No tenés algún juego de pelea o algo así?

―No, ninguno. Los juegos de PlayStation son caros...

―Ya veo. Bueno, si gano algo de plata con... mi negocio, voy a comprar algún juego de pelea. ¿Cuál te gusta más?

―No sé... me da igual. Son todos medio parecidos.

―Está bien, después voy a averiguar bien. Quiero tener un juego en el que pueda darte una paliza.

―Sí, claro...

―¿Te pasa algo, Nahuel? Te noto raro... más de lo normal. No saliste de la pieza en todo el día.

―Em... ―con Tefi nos estábamos llevando muy bien, nuestra relación de confianza aumentó mucho. Supuse que podía ser sincero con ella―. Estoy intentando esquivar a la tía Cristela.

―¿Por qué? ¿Discutieron?

―No, peor. Hace un par de noches la sorprendí... masturbándose, mientras yo estaba en la cama... durmiendo. Fue horrible. Pasamos una vergüenza tremenda.

Tefi abrió mucho los ojos.

―¡Así que es cierto! Nunca creí que la tía Cristela fuera tan... pajera.

―¿Sabías algo de este tema? ―Le pregunté.

―Ayelén me comentó que la madre "se tocaba mucho" durante la noche; pero creí que era otra mentira de ella.

―Te puedo asegurar que es verdad. Para colmo me dijo que después íbamos a hablar de ese tema.

―Ah, ya veo. Por eso la esquivas.

―Sí, me da un poquito de miedo que vuelva en cualquier momento y me diga: "Tenemos que hablar".

―Entiendo. Bueno, por eso no te preocupes.

Diario de Cuarentena:

<El Servicio de Inteligencia (es decir: la chismosa de Estefanía) me informó que El Enemigo no volverá a la base hasta bien tarde por la noche, porque le asignaron la misión de armar empanadas para ocho personas. El Enemigo está de mal humor>.

Saber que mi tía no volvería a entrar a la pieza en muchas horas me tranquilizó. Tefi se fue y yo seguí jugando con la computadora. Después de comprobar una vez más que soy un desastre jugando League of Legends, me acosté en la cama para seguir con uno de los tantos libros de mi colección. Esta vez opté por uno titulado Nos4a2, escrito por Joe Hill, el hijo de Stephen King... y después de leer algunas páginas quedé completamente atrapado en la historia.

Aislado Entre MujeresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora