Estos días fueron tremendos. Pasaron tantas cosas en tan poco tiempo que a mi cerebro aún le cuesta procesarlas todas. Todavía estoy intentando entender la actitud dominante que mostró Gisela, y lo que más incógnitas me genera es por qué Brenda la obedeció en todo. Esa chica tan tímida y vergonzosa me chupó la verga como una verdadera profesional de las felaciones. Sé que entre ella y mi hermana hay una especie de juego, pero... aún así estoy confundido.
A pesar de todo hay varios puntos positivos, más allá de lo mucho que disfruté de la chupada de verga. Ahora Brenda sabe que en esta casa antes se practicaba el nudismo... y ya tuvo mi verga dentro de su boca, no creo que le de mucha vergüenza verme desnudo. Así que podré relajarme un poco. Eso no significa que deba andar en pelotas por la casa todo el tiempo, pero si llega a sorprenderme en una situación parecida, ya no tendré que darle tantas explicaciones. Lo mismo si alguna de mis hermanas decide andar con poca ropa.
Lo que más me preocupa es que Brenda vio cómo Gisela tragaba mi semen sin ningún tipo de problema. Intento analizar la situación desde la perspectiva de Brenda, es muy probable que ella se esté preguntando por qué Gisela tragó la leche con tanta soltura. Es posible que esto la lleve a inferir que no es la primera vez que ocurre algo como esto. Eso la podría llevar a hacer muchas preguntas que no sabría cómo responder.
Por suerte a ninguna se le ocurrió salir desnuda, por eso supe que Gisela no había comentado el asunto con las demás. Seguiríamos con esta nueva normalidad que empezamos a vivir desde que Brenda llegó y eso me tranquilizó mucho. Me imaginé que si de pronto todas empezaban a andar desnudas, la pobre Brenda pasaría más de una situación incómoda. Para ella esta casa es un mundo nuevo, y por más que demuestre que intenta adaptarse, sé que le cuesta.
Estaba en el living, inmerso en mis pensamientos, cuando una voz me sobresaltó.
―Hey, Nahuel ―me saludó Tefi―, compré un nuevo juego para la Play. ¿Querés verlo? Bah, en realidad no es nuevo, pero para mí sí lo es, porque nunca lo había jugado.
―Me encantaría verlo, pero ahora quiero hablar con Macarena sobre un tema importante ―pude notar la desilusión en la cara de Tefi―, pero apenas pueda voy a tu pieza. Al fin y al cabo tenemos tiempo de sobra...
―Sí, eso es cierto. Bueno, cuando quieras vení, te voy a estar esperando. Estoy muy contenta con el juego, me gustó más de lo que me imaginaba. Y creo que a vos también te va a gustar.
―¿Cómo se llama?
―Ah, no... si querés saber vení a la pieza. ―Sonrió con picardía y se fue meneando mucho el culo, como si quisiera decirme algo con eso.
Comencé a dudar por culpa de ese pantalón blanco que provocaba un efecto interesante. Era ancho de la rodilla para abajo, pero hacia arriba se aferraba a la piel como si fuera pintura. Las nalgas de Tefi estaban perfectamente definidas y se notaba que tenía puesta una tanga diminuta. Quizás lo mejor sería seguirla, pero... realmente necesitaba hablar con Macarena para que ella me explicara, desde su punto de vista psicológico, por qué Gisela se comportaba de esa manera. La ansiedad me estaba matando.
No me pude resistir. Mi charla con Macarena tendrá que esperar.
Cuando entré al cuarto de Tefi la vi quitándose la remera, para quedarse en tetas. Ya se había quitado el pantalón y solo vestía una pequeña tanga blanca con bordes rosados. Se agachó para juntar la ropa del suelo y pude ver cómo la tanga era mordida por sus labios vaginales.
―No te olvides de trabar la puerta ―me dijo con un tono tan sensual que mi verga comenzó a despertarse.
Asentí con la cabeza y me quedé embobado viendo su hermoso culo. No intenté ningún movimiento raro con Tefi, por más que ella esté prácticamente desnuda no significa que tenga ganas de "juguetear" conmigo. En especial después de lo que pasó con Ayelén. Mi prima se encargó de que Tefi se sintiera culpable por ponerse demasiado cariñosa conmigo. Quizás el estar desnuda frente a mí era una forma de demostrar que nuestra prima no había ganado.
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Aislado Entre Mujeres
General FictionNahuel es un chico de 18 años que vive junto a sus cuatro hermanas mayores y su madre. Un día se entera que tendrá que cederle su dormitorio a dos nuevas integrantes de la casa: su tía y su prima. Como si esto fuera poco, se declara cuarentena por c...