El clima en mi casa era devastador. La noticia nos afectó tanto que ya nadie quería andar sin ropa. Nos vestimos y nos quedamos deambulando por las habitaciones prácticamente en silencio. Escuché a algunas de mis hermanas intercambiar comentarios en voz baja, pero ni siquiera hice el intento de escucharlas.
Esto lo cambia todo. Con mis hermanas llegamos al acuerdo de que ya no haríamos ningún intento por hacer las paces con Ayelén. Podíamos vivir sin ver a una prima, incluso llevándonos mal con ella. Al fin y al cabo, lo hacíamos para poder mantener una buena relación entre nosotros, porque sabemos muy bien que Ayelén siempre buscará la forma de generar conflictos, y puede que algún día intente que haya enfrentamientos entre mis hermanas, o conmigo. Pero ahora... dios, no puedo creer que sea nuestra hermana.
"Medio hermana", había aclarado Macarena antes de que nos vistiéramos.
A mí el concepto de "Medio hermana" me da igual. Compartimos el mismo padre... aunque éste sea un tipo al que nunca le vimos la cara.
—Ustedes son de lo peor —le dijo Gisela a Alicia y a Cristela—. Tienen tantos secretos que ni siquiera se contaron la una a la otra quién era el padre de sus hijos. Y todos esos secretos nos terminan afectando a nosotros. ¿Les parece bien que tengamos que enterarnos a esta altura del partido que tenemos otra hermana? ¿Y vos, tía? ¿Ya hablaste con Ayelén?
—Em... no, y me gustaría que no le dijeran nada.
—Ah, no, eso sí que no. Los secretos en esta familia se terminan hoy.
—No, pará... Gisela, por favor... esperá...
Cristela se puso de pie e intentó agarrar del brazo a Gisela, pero Macarena se interpuso en su camino. Maca solo tuvo que mirarla fijamente con el ceño fruncido y eso bastó para que la tía retrocediera.
—Vení, necesitamos hablar con vos —vimos a Gisela reaparecer, arrastrando a Ayelén del brazo. Nuestra prima estaba completamente desnuda. Por supuesto que no intentó cubrirse, aunque le habrá parecido algo raro ser la única sin ropa en toda la sala.
—Dejame en paz, Gisela... no quiero saber nada con ustedes. Por mí se pueden ir todos a la mismísima mierda. Sigan cogiendo como conejos incestuosos, o no... sinceramente me da igual. Ya estoy harta de esta familia.
—Elegiste un mal momento para estar harta de nosotros, porque...
—Por favor, Gisela... no hagas esto —suplicó Cristela, con los ojos llenos de terror.
—No, tía. Basta de secretos y mentiras. Solo trajeron problemas.
— ¿De qué mierda hablan? —preguntó Ayelén, ofuscada.
—Acabamos de enterarnos que sos nuestra hermana —Gisela soltó la bomba sin ningún tipo de preámbulos. Creí que Ayelén reaccionaría con miedo, confusión, ira... que saldría corriendo; pero en lugar de eso, empezó a reírse.
—¿Pero qué boludez estás diciendo? —Preguntó soltando carcajadas—. ¿Cómo vamos a ser hermanas? Sé muy bien que mi mamá es ella —señaló a Cristela—. Y solo tuvo una hija.
—¿Y sabés quién es tu papá? —Le preguntó Macarena.
Esto borró la sonrisa del rostro de Ayelén.
—No, no sé quién es. Nunca pregunté. Si es un tipo que no quiso tenerme como hija, entonces yo no quiero tenerlo como padre.
—Bueno, te sorprenderá saber que tu padre es el mismo que el nuestro —dijo Pilar, quizás con un poco más de tacto que sus hermanas—. Se trata de un tipo llamado Aníbal. Era dueño de un taller mecánico y tuvo muchas aventuras sexuales con tu mamá... y con la mía. Por lo que sabemos, él las dejó embarazadas a las dos... y a mí mamá la embarazó cinco veces. Así que compartís padre con todos nosotros.
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Aislado Entre Mujeres
General FictionNahuel es un chico de 18 años que vive junto a sus cuatro hermanas mayores y su madre. Un día se entera que tendrá que cederle su dormitorio a dos nuevas integrantes de la casa: su tía y su prima. Como si esto fuera poco, se declara cuarentena por c...