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César

Me desperté lentamente, con la sensación de que había vivido una noche irrepetible. La habitación estaba bañada en una luz tenue, y el silencio era solo interrumpido por la respiración suave de ella.

La miré, y mi corazón se aceleró de nuevo. Estaba acostada a mi lado, con una sonrisa en sus labios y una mirada tranquila en sus ojos. Me sentí atraído hacia ella, como si fuera imposible separarme.

La noche anterior había sido mágica, rara, inolvidable. Nada había sido premeditado, todo había sido espontáneo. Y el sexo... había sido vainilla, como yo lo llamaba. Simple, intenso, apasionado.

Pero no era solo el sexo lo que me había dejado sin aliento. Era ella, su presencia, su energía. Era como si hubiera encontrado una conexión profunda con alguien que apenas conocía.

Me acerqué a ella, y la besé suavemente en la frente. Ella abrió los ojos y me sonrió.

Ella se rió, y su risa fue música para mis oídos.

Me sentí invadido por una sensación de felicidad, de plenitud. Sabía que esta noche había cambiado algo en mí, algo que no podía explicar.

La miré de nuevo, y supe que quería pasar más tiempo con ella. Quería descubrir más sobre ella, sobre nosotros.

- ¿Qué hacemos ahora? - le pregunté.

Ella se encogió de hombros, sonriendo, Pero la sonrisa se desvaneció rápidamente.

- esto no debió pasar, ¿que hice? - se levantó.

¿De que habla?, se arrepiente, solo la observo enredarse en las sabanas y salir de la habitación.

Me quedé confundido y luego me sentí molesto, y usado, que se cree!

•••

Tatiana

Me desperté con una sensación de arrepentimiento y miedo. La noche anterior con César había sido intensa y apasionada, pero ahora me sentía llena de remordimientos.

No era porque no me gustara César, al contrario, me había sentido atraída hacia él desde que era una adolescente. Pero sabía que no era un hombre para mí. Era un hombre que siempre estaría rodeado de mujeres, que nunca se comprometería con una sola persona.

Y yo no quería ser una más en su lista. No quería ser una conquista más para su ego, pero al final eso termine siendo.

Me levanté de la cama y comencé a caminar por la habitación, tratando de calmar mi ansiedad. Me sentía vulnerable y expuesta, como si hubiera mostrado mi debilidad a alguien que no la merecía, lo deje tirado en la otra habitación, como iba a verle a la cara.

Para colmo de males, Lillian me avisó que llegaba en 20 minutos, ¡mierda!

¿Por qué había permitido que esto sucediera? ¿Por qué había dejado que mis sentimientos me llevaran a una situación que sabía que no era saludable para mí?

Me detuve frente al espejo y me miré a mí misma. Tenía que ser fuerte, tenía que evitarlo a toda costa. No podía permitir que César me hiciera daño, no podía permitir que me enamorara de él.

Tomé una decisión: debía mantener la distancia, debía olvidar lo que había pasado anoche y seguir adelante con mi vida. No podía dejar que César se convirtiera en alguien importante para mí.

respiré hondo y me dije a mí misma: "No te vas a enamorar de él. No te vas a dejar llevar por tus sentimientos. Vas a ser fuerte y vas a seguir adelante".

Pero mientras me decía esto, una pequeña voz en mi cabeza susurraba: "¿Y si ya es demasiado tarde?"




Tu recuerdo me tortura, tus caricias me gustan, ¡pero no sé que siento!

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