Tatiana
Los días pasaron y no volví a saber de cesar, me sentí mal, Pero no puedo...
Hoy iba a ver a Belén, eran las 6.am, la hora perfecta para mí insomnio.
Al llegar tenía que bajar por una rampa,
Ahí justo ahí estaba la tumba de Carlos, y asu lado César...en estos momentos solo quiero disculparme.Se veía mal, muy.... Desarreglado aunque el siempre se ve guapo.
Tome valor y me acerque.
- hola - dije un poco expectante a su respuesta, y vaya que le sorprendió verme.
- hola - dijo serio
- quería disculparme, no debí hablarte así - creo que le sorprendió - lo he pensado - me miró expectante.
- y... - me apresuró.
- acepto - dije sin pensar mucho más , si sobre pienso las cosas, voy a dejar pasar esto.
- enserio - se puso de pie y asentí sonriendo, me tomo de la cintura y por fin ese beso que quería desde hace una semana ahnelando llegó.
Al separarnos poco a poco me di cuenta que andaba un poco happy.
- ¿estuviste bebiendo? - el sonrió asintiendo - vamos a bajarte esa borrachera - sonreí - pero espérame aquí.
Fui a dejarle las flores a Belén, le pide disculpas por no quedarme, pero seguramente César no ha llegado a su casa.
De dónde están Belén a donde se encontraba Carlos habían 15 metros como mínimo, Haci que podía hacer una llamada.
- hola? - dijo bostezando
- Lillian perdón la hora, pero necesito que me ayudes
- si, te paso algo - su voz sonaba preocupada.
- si y no, estoy en el cementerio y César está aquí, está mal, necesito que digas que estaba contigo anoche.
- okey... Y que vas hacer - se a lo que refiere.
- voy a llevarlo a mi depa, le bajó la borrachera, y luego lo llevo a su casa.
- está bien, entonces snos vemos luego, me avisas que hacen
- sii, gracias.
Ya estoy llegando al lado de cesar, y lo veo hablando con su hermano, me da un poco de nostalgia, se cuan felices eran.
- ¿listo? - pregunto
- siempre - responde.
- vamos señor parra - lo tomo de la cintura y el pasa su brazo por mi hombro.
Unos minutos más tarde llego a mi depa, gracias a Dios César no protesto por nada.
Lo senté en el sofá y le prepare café, luego se lo di y sonrió.- me gusta mucho este café - responde dándole un trago.
- ya me fijé - sonreí
Me fui a cambiar por ropa más cómoda, y para meterlo a la ducha para un baño de agua fría.
Cuando salgo me tomo el cabello, en un moño.
- ¿ya estás? - pregunto y me muestra la taza vacía.
Él, un poco tomado, se movía con esa confianza despreocupada que me hacía sonreír. Sus ojos brillaban con un destello travieso, y no podía evitar sentir una atracción magnética hacia él.
Decidí que era hora de llevarlo a la ducha. La idea me excitaba, y pensé que el agua fria podría ayudar a calmarlo un poco.
- Vamos, César, creo que necesitas una ducha - le dije, tomando su mano con firmeza. Él me miró, divertido, y se dejó llevar, riendo mientras lo guiaba hacia el baño.
Al abrir la ducha, el agua caliente comenzó a caer, creando vapor y un ambiente íntimo.
- Esto te hará bien - le dije, mientras él se despojaba de su camiseta, dejando al descubierto su torso musculoso, brillante por el agua. Me acerqué, sintiendo cómo el vapor nos rodeaba, y dejé que mis dedos se deslicen por su pecho, sintiendo el calor de su piel.
César sonrió, sus ojos chispeantes de deseo.
- Esto es lo mejor que me ha pasado - murmuró, acercándose a mí. No pude resistir la tentación. Lo atraje hacia mí y nuestros labios se encontraron en un beso ardiente. El agua caía entre nosotros, y la mezcla de calor y deseo nos envolvía.
Mis manos comenzaron a explorar su cuerpo, deslizándose por su espalda y bajando hacia sus caderas. Él respondió apretándome más fuerte, su respiración se volvía cada vez más intensa. El ambiente se llenó de un aire cargado de pasión, y el mundo exterior se desvaneció.
Sin pensarlo, me agaché, dejando que mis labios recorran su piel mojada. La sensación del agua caliente y mi boca en su cuerpo lo hizo suspirar. Sentí cómo su mano se enredaba en mi cabello, guiándome, mientras yo continuaba explorando.
Entonces, en un instante, todo se volvió más intenso. César me levantó, sus manos firmes en mi cintura, y me empujó suavemente contra la pared de la ducha. El agua caía sobre nosotros como una cortina, y el ambiente se volvió eléctrico. Nuestros cuerpos se movían al unísono, y la pasión nos consumía.
Las caricias se volvieron más atrevidas, y el deseo nos arrastró a un torbellino de sensaciones. Cada roce, cada susurro, nos acercaba más al clímax. La ducha se convirtió en nuestro santuario, un lugar donde el tiempo se detenía y solo existíamos nosotros.
Con cada movimiento, el agua resbalaba por nuestros cuerpos entrelazados, y el calor de la pasión nos envolvía. La conexión era innegable, y en ese momento, el mundo exterior desapareció. Todo lo que quedaba era la entrega total a esa experiencia, el éxtasis de ser uno solo bajo el agua caliente, dejando que el deseo nos guiara.
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solo en sueños
Fanficde tu boca podría esperar cualquier cosa, pero jamás pensé que tus caricias me mintieran