LXI

213 30 1
                                    

Cesar

La neta si estoy nervioso plebes, no esperaba que me dejara acompañarla  a su casa o mejor dicho llevarla a su casa.

- ¿estas bien? - le pregunté, no es la persona con la que he compartido mis cosas, ella es fría y distante, se ve...triste todo el tiempo.

- si - no dijo nada más

- no te creo - respondí al instante

- es mejor decir que estás bien, ha decir que estás mal, si no la gente pregunta porque estás mal, y ni siquiera yo lo se - se ve frustrada - mi vida parece que es lo que siempre quiso, soy independiente, tengo buenos amigos, mi carrera está finalizadaz y.... - bajo la mirada

- y me tienes a mi - le sonreí, estábamos en un alto, tome su mano, pero el chingado semáforo se puso en verde.

- no siento que enada de lo que tengo sea mio - dijo viendo al frente - y tu.... Esto es imposible.

- ¡¿porque?! - ya me estoy desesperando

- porque eres famoso, puedes tener a la que quieras - respondió molesta

- pero yo quiero estar contigo, eso lo decido yo - frunci el ceño.

- si y cuando te canses de mi, la que sufrirá soy yo, sola estoy bien César - ¿De que habla?

- porque piensas que me voy aburrir de ti - digo llegando al estacionamiento del fraccionamiento donde vive.

- al final todos terminan abandonando me, no es tu culpa, soy yo, gracias por traerme - se va sin esperarme, me baje y la seguí al depa.

- no te vas a ir verdad - suspiro fuerte y negué sonriendo, no se va librar de mi tal fácil.

- puedo pasar - se hizo aún lado y entre, me senté en el sofá y se me quedó viendo, fue a dejar sus cosas y volvió - porque piensas que soy como todos los hombres, no soy perfecto Pero estoy cambiando por ti.

•••

Tatiana

No daba crédito a lo que estaba escuchando, aunque no quiera mi corazón late rápido y fuerte cuando estoy cerca de el, y si dice estás cosas no me ayuda.

- César - negué moviendo la cabeza, ¿que le digo? - de verdad no quiero sufrir ya me basta con haber perdido la memoria.

- ¿que es lo que tanto te da miedo? - pregunto enojado, tal vez si le digo la verdad se vaya.

- todos se van y me dejan, no quiero estar sola, no quiero encariñarme de alguien, peor aún amarlo para que después se vaya, lo pase con mi papá, luego mi mamá murió, tuve que dejar mi país, mis amigos, todo en mi vida es efímero, no quiero enamorarme - queria llorar.

- pero yo lo último que quiero es estar lejos de ti - se acercó - cosita de verdad...te amo y si tal vez lo acepte tarde y no te lo demostré antes, Pero quiero mi vida a tu lado - ya no podía más mis labios pedían los suyos, ¡¿porque no puedo recordarte?!

El espacio entre César y yo desaparecía con cada segundo que pasaba. Su rostro, tan cerca del mío, hacía que mi corazón latiera con una intensidad que me asustaba. No quería dejarme llevar, no quería caer otra vez en ese abismo de emociones que me tenía tan confundida. Pero, al mismo tiempo, no podía negar la atracción que sentía por él, la forma en que mis labios pedían los suyos, como si lo conocieran de toda la vida. ¿Por qué no puedo recordarte?, pensé desesperada.

César se acercó aún más, tan cerca que su aliento se mezclaba con el mío. El silencio era profundo, como si el mundo entero hubiera dejado de moverse, y sólo existiéramos él y yo en ese momento. Sentía que iba a sucumbir, que iba a dejarme llevar por lo que sentía, cuando de repente...

solo en sueños Donde viven las historias. Descúbrelo ahora