Capitulo 1

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Era una tarde lluviosa en Gijón, cuando Yara recibió la noticia que cambiaría su vida. La temporada con el GFF había sido espectacular; su rendimiento como central, con su defensa firme y su potente tiro, había llamado la atención más allá de los límites de su equipo. Sin embargo, la llamada de la seleccionadora de la selección española de fútbol femenino, Montse Tomé, era un sueño hecho realidad.

Sentada en su pequeño apartamento, Yara estaba inmersa en el análisis de su último partido cuando el sonido del móvil la sacó de su concentración. La pantalla mostraba un número desconocido. Su corazón se aceleró mientras contestaba.

-¿Hola?- dijo, tratando de mantener la calma.

-Hola, Yara. Soy Montse Tomé- respondió una voz firme y cálida al otro lado de la línea-. Te llamo para informarte que has sido convocada para los próximos partidos amistosos con la selección española.

Yara se quedó en silencio, procesando las palabras
.
-¿De verdad?- preguntó Yara sin creérselo.

-Sí, hemos estado siguiendo tu desempeño y estamos muy impresionadas. Los partidos son dentro de dos semanas, y esperamos que puedas unirte a nosotros- dijo Montse.

-Por supuesto, Montse- respondió Yara

Colgó la llamada con una sonrisa que no podía borrar. La oportunidad de representar a España era una gran responsabilidad y un desafío al mismo tiempo. Sabía que tendría que adaptarse rápidamente a un equipo lleno de estrellas, pero estaba lista para el desafío.

Yara no podía creerlo. Después de años jugando en un equipo de media tabla, su esfuerzo y dedicación finalmente habían dado frutos. La entrenadora de la selección española la había llamado para invitarla a unirse al equipo para una serie de partidos amistosos.

Cuando recibió la noticia, su corazón se aceleró, y una mezcla de nervios y emoción la invadió. No podía dejar de pensar en todas las grandes jugadoras con las que ahora compartiría vestuario, especialmente en una: Alexia Putellas, la capitana y reina indiscutible del fútbol español.

El primer día en la concentración llegó antes de lo que esperaba. Mientras se dirigía al vestuario, Yara trató de calmar sus nervios, respirando hondo y recordando que estaba ahí por mérito propio.

Cuando abrió la puerta, fue recibida por el murmullo de las jugadoras, risas y el sonido de las botas golpeando el suelo. Era un mundo nuevo, y Yara se sintió como una niña pequeña en su primer día de colegio.

El vestuario era todo lo que había imaginado y más. Cada jugadora era una figura que había admirado desde lejos. La sensación de entrar ahí, de formar parte del equipo, era abrumadora, pero al mismo tiempo, se sentía lista. O eso intentaba convencerse.
Mientras recorría con la mirada el lugar, Mapi León fue la primera en acercarse. Llevaba una sonrisa en el rostro, una que Yara agradeció profundamente.

-¡Hola! Tú debes ser Yara, ¿verdad? -dijo Mapi, tendiéndole la mano.

-Sí, soy yo -respondió Yara, apretando la mano de Mapi con fuerza-. Es un placer conocerte.

-El placer es nuestro -dijo Mapi, guiándola hacia el centro del vestuario-. Ven, te presentaré al resto del equipo.

Yara se dejó guiar, tratando de disimular su nerviosismo. Algunas de las jugadoras ya las conocía bien, como Ona Batlle, quien estaba ajustándose las botas mientras hablaba con Jenni Hermoso.

-Ona, Jenni, esta es Yara -dijo Mapi-. Se une a nosotras para los amistosos.

-¡Bienvenida, Yara! -dijo Ona con una sonrisa cálida.

-Espero que estés lista para la intensidad de estos entrenamientos -añadió Jenni con una risa.

Yara asintió tímidamente, agradecida por la bienvenida. Sin embargo, no pudo evitar que su mirada se desviara hacia la esquina del vestuario, donde Alexia Putellas estaba sentada, ajustándose las medias con una concentración casi obsesiva. Yara se sintió cautivada por la presencia de la capitana, pero también algo intimidada.

Mapi notó la dirección de la mirada de Yara y la llevó hacia Alexia.

-Alexia, esta es Yara, la nueva incorporación -dijo Mapi con su habitual energía.

Alexia levantó la vista brevemente, le hizo un leve asentimiento con la cabeza a modo de saludo, y volvió a concentrarse en sus medias sin decir una palabra ni sonreír. Yara sintió un pequeño nudo en el estómago. Había imaginado este momento de muchas maneras, pero jamás pensó que sería tan frío.

-No te preocupes, Alexia es un poco reservada al principio, pero ya verás cómo se abre contigo -susurró Mapi en un intento de tranquilizar a Yara.

-Eso espero -respondió Yara, aunque no pudo evitar sentir una pequeña punzada de decepción.

Alexia
Levanté la cabeza justo cuando Mapi me presentó a Yara. La nueva incorporación era exactamente como había escuchado: talentosa, ambiciosa, y con una energía palpable que resonaba en el vestuario. Pero en lugar de mostrar la calidez que usualmente reservaba para las nuevas, me encontré luchando contra una sensación extraña en el pecho, una mezcla de nerviosismo y algo más que no podía identificar.

Hice un leve asentimiento con la cabeza, manteniendo la expresión neutral. Sentía que cualquier palabra que pronunciara podría traicionarme, podría mostrar algo que no estaba lista para enfrentar. Mientras me concentraba en mis medias, en realidad, mi mente estaba en un torbellino de emociones. ¿Por qué Yara, de todas las jugadoras, me causaba esa sensación de inquietud?

"No tiene sentido", se dijo a sí misma. "Es solo otra jugadora, otra compañera de equipo". Pero no podía evitar pensar que Yara no era simplemente otra compañera. Había algo en su presencia que la desestabilizaba, y eso la preocupaba más de lo que estaba dispuesta a admitir.

𝑯𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒍𝒂 𝒖́𝒍𝒕𝒊𝒎𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓...🥀🐬- 𝑨𝒍𝒆𝒙𝒊𝒂 𝑷𝒖𝒕𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora