La noche después de la victoria estaba llena de vida y celebración. La discoteca estaba abarrotada de gente que festejaba el triunfo del equipo. Las luces parpadeaban al ritmo de la música, y las jugadoras estaban radiantes de felicidad. La atmósfera era eléctrica, y la alegría se sentía en cada rincón del lugar.
Cata, emocionada, propuso un brindis en honor a Yara y su impresionante gol, así como por su contribución invaluable al equipo durante el torneo. Las copas se alzaron y todos se unieron en una ovación para Yara, quien sonreía con humildad y gratitud mientras recibía los elogios.
Alexia, desde su rincón en la pista de baile, no podía apartar la vista de Yara. La veía reír, bailar y disfrutar del momento con una alegría contagiosa. Su mirada estaba llena de amor y admiración, y parecía que cada vez que Yara se movía, Alexia la seguía con la vista. Era evidente que Alexia estaba completamente enamorada y orgullosa de ella.
En medio de la celebración, Jenni se acercó a ella, notando la mirada absorta de su amiga.
—Hey, Alexia, ¿cómo estás? —preguntó Jenni, su voz apenas audible por encima de la música.
Alexia sonrió con sinceridad y le respondió:
—Estoy increíblemente feliz. No solo por la victoria, sino por haber conocido a alguien tan maravillosa como Yara. Es una persona increíble y ha aportado tanto al equipo en tan poco tiempo. Estoy muy agradecida por todo lo que ha hecho y por cómo ha cambiado mi vida.
Jenni asintió, comprendiendo la profundidad de los sentimientos de Alexia.
—Se nota que estás súper enamorada de ella —comentó Jenni con una sonrisa.— Deberías ir a abrazarla y estar a su lado. Ya es hora de que demuestres lo importante que es para ti.
Alexia asintió, reconociendo que Jenni tenía razón. Se sentía tan inmersa en su felicidad y en el amor que sentía por Yara que no podía dejar pasar la oportunidad de estar a su lado y compartir ese momento especial.
Con determinación, Alexia se dirigió hacia Yara, quien estaba rodeada de sus compañeras y disfrutando de la fiesta. La música y el bullicio no eran suficientes para desviar la atención de Alexia, que avanzó hasta llegar a su lado. Sin pensarlo, la rodeó con sus brazos y la abrazó con ternura.
Yara, sorprendida, giró hacia ella y la miró con una mezcla de alegría y cariño. Alexia la besó suavemente en los labios y susurró:
—Estoy tan orgullosa de ti y me siento increíblemente afortunada de tenerte a mi lado.
Yara sonrió, sintiendo el amor y la conexión profunda entre ellas. Juntas, disfrutaron del resto de la noche, compartiendo risas, abrazos y celebraciones, mientras el equipo festejaba el final de un torneo exitoso y el inicio de una nueva etapa en sus vidas.—————
El de hoy también cortito pero ya es septiembre y las rutinas vuelven...
Espero que no os importe mucho que vaya a tardar más en subir capítulos 😞En cuanto a los objetivos, no sé si seguir poniéndolos porque estos últimos días no se han cumplido al 100% y me da pena no seguir publicando por eso, pero si podéis seguir dándole el mismo apoyo o incluso más, de verdad que os lo agradecería mucho de verdad.
Esta historia es muy importante para mí porque estoy disfrutando mucho escribiendola y me encantaría que también os gustase. Además, es la primera historia que escribo y no sé si hay algo que no os guste o algo. Si es así, tenéis toda la libertad de decírmelo, así podré corregirlo y que a todo el mundo le pueda gustar.
Un saludo a todxs😙

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𝑯𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒍𝒂 𝒖́𝒍𝒕𝒊𝒎𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓...🥀🐬- 𝑨𝒍𝒆𝒙𝒊𝒂 𝑷𝒖𝒕𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔
RandomYara, una jugadora de fútbol poco conocida, se une a la selección española, deseando conocer a sus mayores inspiraciones, pero encuentra a Alexia Putellas muy distante con ella. A medida que Yara busca su lugar en el equipo, descubre que la frialda...