El día avanzó con tranquilidad, y Alexia y Yara pasaron el tiempo disfrutando del desayuno y de la compañía mutua. La tarde fue un período de relajación, exploraron un poco la ciudad y disfrutaron de la compañía de la otra en un café cercano, riendo y compartiendo historias. Pero el tiempo seguía avanzando, y Yara sabía que su periodo de descanso no duraría mucho.
En una semana justa, los entrenamientos de pretemporada con el FC Barcelona comenzarían, y aunque Yara estaba emocionada por el nuevo desafío, también estaba decidida a aprovechar cada momento que le quedaba antes de sumergirse en la intensidad de la rutina deportiva.
El día siguiente, Alexia se ofreció para hacer de guía y mostrarle a Yara algunos de los rincones favoritos de Barcelona. Entre paseos por el Barrio Gótico y visitas a la playa, cada momento se sentía especial y cargado de significado. La conexión entre ellas se fortalecía a cada paso, y Yara se sentía más convencida de que estaba tomando las decisiones correctas al venir a Barcelona.
Esa noche, mientras se acomodaban en el sofá para una cena casera, Yara miró a Alexia con una expresión pensativa.
—¿Cómo te sientes con el inicio de los entrenamientos? —preguntó, rompiendo el silencio que se había instalado mientras disfrutaban de la comida.
Alexia, con un trozo de pan en la mano, se detuvo por un momento y luego miró a Yara con una sonrisa decidida.
—Estoy emocionada, pero también un poco nerviosa. Después de la temporada pasada, quiero dar lo mejor de mí. Pero lo más importante es que tú estarás aquí conmigo —dijo, alcanzando la mano de Yara y dándole un apretón cariñoso.
—Yo también estoy emocionada —respondió Yara, con una sonrisa que reflejaba su propia anticipación—. Es un gran paso, y me alegra poder vivirlo contigo.
El resto de la semana se deslizó entre preparativos y momentos compartidos. Yara comenzó a familiarizarse con la ciudad, los lugares que Alexia le mostró se convirtieron en sus favoritos también. Cada día se levantaban juntas, disfrutaban del desayuno que Yara preparaba con esmero, y pasaban el tiempo explorando, charlando o simplemente disfrutando de la tranquilidad de su nuevo hogar.
Con el inicio de los entrenamientos acercándose, Yara también comenzó a centrarse en su preparación física. Aunque estaba ansiosa por comenzar con el equipo, se aseguraba de equilibrar su tiempo entre el entrenamiento y la calidad del tiempo con Alexia.
Una tarde, mientras el sol comenzaba a descender en el horizonte, pintando el cielo con tonos dorados y rosados, Alexia y Yara se encontraban en la terraza del apartamento, disfrutando de la vista. El aire fresco y la tranquilidad del momento les ofrecían un respiro antes de la llegada de los intensos entrenamientos.
Yara, distraída en la conversación, estaba mirando hacia el horizonte, hablando de sus expectativas para los próximos días y de cómo se sentía con el nuevo desafío. Alexia, observandola, no pudo evitar sonreír al ver la forma en que se iluminaba su rostro con el resplandor del atardecer.
Con una sonrisa traviesa, Alexia sacó su móvil y decidió capturar el momento. Se acercó sigilosamente y, aprovechando que Yara estaba inmersa en sus pensamientos, sacó una foto espontánea. La luz del atardecer se reflejaba en el rostro de Yara de una manera tan perfecta que Alexia supo al instante que esa imagen sería especial.
Al revisar la foto en la pantalla del móvil, Alexia quedó cautivada. Pero lo que realmente la sorprendió fue la mirada de Yara en la imagen. Sus ojos, de un azul grisáceo que solía ser tranquilo y profundo, en ese momento se veían extraordinariamente claros y vibrantes. Era como si el resplandor del atardecer hubiera transformado sus ojos en un océano cristalino hipnotizante. Alexia se encontró atrapada en esa mirada, incapaz de pensar en nada más que en la belleza y la intensidad de esos ojos.
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𝑯𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒍𝒂 𝒖́𝒍𝒕𝒊𝒎𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓...🥀🐬- 𝑨𝒍𝒆𝒙𝒊𝒂 𝑷𝒖𝒕𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔
De TodoYara, una jugadora de fútbol poco conocida, se une a la selección española, deseando conocer a sus mayores inspiraciones, pero encuentra a Alexia Putellas muy distante con ella. A medida que Yara busca su lugar en el equipo, descubre que la frialda...