Alexia salió del comedor con una expresión seria y sin esperar a nadie, su mente abrumada por el mensaje recibido. A pesar de sus intentos de mantener la calma, su corazón estaba acelerado y su mente llena de dudas. La sensación de desconfianza y confusión la había consumido, llevándola a actuar de manera distante y fría con Yara, algo que ahora lamentaba profundamente.
Al llegar a su habitación, Alexia se dejó caer en la cama, incapaz de deshacerse de la imagen del mensaje que había recibido. No podía entender cómo alguien podía decirle que Yara la estaba engañando con Ona, especialmente cuando ni siquiera le habían contado a nadie sobre su relación. La preocupación y el dolor se mezclaban en su pecho, y no podía dejar de pensar en qué podría estar haciendo Yara para que alguien pensara eso.
Unos minutos después, Mariona y Jenni llamaron a la puerta y entraron a la habitación, preocupadas por el comportamiento de Alexia durante la cena.
—Alexia, ¿estás bien? —preguntó Mariona con tono preocupado, mientras Jenni miraba a Alexia con curiosidad—. Notamos que estabas bastante distante y que no dijiste nada.
Alexia, aún con la mente agitada, suspiró y se recostó en la cama, tratando de explicar lo que había sucedido.
—Recibí un mensaje de un número desconocido que decía que Yara me estaba engañando con Ona —dijo Alexia, su voz temblando ligeramente—. No sabía qué pensar, y cuando le mandé mensajes para preguntar, no recibí respuesta, así que decidí ir al gimnasio para despejarme un poco.
Mariona y Jenni se miraron sorprendidas, sin entender del todo el contexto.
—¿Qué mensaje? —preguntó Jenni, frunciendo el ceño—. Eso suena raro. No parece algo que Yara haría.
—Sí —confirmó Mariona—. Yara estaba en la habitación descansando toda la tarde. De hecho, cuando la encontramos, acababa de levantarse. Lo primero que preguntó fue dónde estabas para disculparse por no haberte contestado.
Alexia se quedó en silencio, asimilando las palabras de Mariona y Jenni. La culpa y el arrepentimiento comenzaron a inundarla. Había actuado impulsivamente y sin fundamento, basándose en un mensaje anónimo en lugar de confiar en lo que conocía de Yara. El hecho de que Yara hubiera estado durmiendo y no haciendo nada sospechoso la hizo sentir aún peor.
—Dios, ¿qué he hecho? —murmuró Alexia, cubriéndose la cara con las manos—. Me he dejado llevar por un mensaje y he sido injusta con ella.
Mariona y Jenni se acercaron a ella, tratando de consolarla.
—Todos cometemos errores —dijo Mariona con tono comprensivo—. Lo importante es que te des cuenta de que has cometido uno y lo corrijas.
—Sí —añadió Jenni—. Ve a hablar con Yara. Ella probablemente está herida y confundida. Si realmente la quieres, es importante que aclares las cosas.
Alexia asintió, sintiéndose decidida a enmendar su error. Se levantó rápidamente y se dirigió a la habitación de Yara, sintiendo una mezcla de nerviosismo y determinación.
Al llegar a la puerta de la habitación de Yara, tocó suavemente antes de entrar. El corazón le latía con fuerza mientras esperaba una respuesta. Sabía que no podía cambiar el pasado, pero esperaba poder explicar su comportamiento y pedir disculpas a la persona que realmente significaba algo para ella.——————
¿Qué seguís pensando sobre el mensaje?
¿Es verdad lo que dice? ¿Quién creéis que puede estar detrás de todo esto? ¿Alguien del equipo? ¿Ona para alejar a sus dos compañeras?
Decir en los comentarios qué creéis de toda esta situación.OBJETIVOS
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- 2 seguidores nuevosCada vez puede que haya capitulo nuevo más rápido si los objetivos se van cumpliendo y vais comentando cómo veis la historia.
Para estos objetivos vuelvo a dar el plazo de mañana a las 0:00. Si se cumplen antes, más rápido estará el siguiente capítulo;).

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𝑯𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒍𝒂 𝒖́𝒍𝒕𝒊𝒎𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓...🥀🐬- 𝑨𝒍𝒆𝒙𝒊𝒂 𝑷𝒖𝒕𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔
AléatoireYara, una jugadora de fútbol poco conocida, se une a la selección española, deseando conocer a sus mayores inspiraciones, pero encuentra a Alexia Putellas muy distante con ella. A medida que Yara busca su lugar en el equipo, descubre que la frialda...