Alexia había salido de la casa de Ona con el corazón hecho pedazos. La conversación con su amiga había sido un torrente de emociones. Había soltado cada palabra entre lágrimas, cada detalle de lo que había pasado con Olga en el baño, intentando que Ona entendiera la gravedad de la situación y cuánto significaba Yara para ella. Hablarlo en voz alta solo hizo que el peso de lo que había sucedido se sintiera más real, más opresivo. Se dio cuenta de lo mucho que la situación la estaba consumiendo.
Al llegar a su casa, se dejó caer en el sofá, sin fuerzas para hacer nada más. Miró alrededor y sus ojos se detuvieron en la pequeña biblioteca que había montado para Yara. Sus manos temblorosas cogieron uno de los libros favoritos de Yara, *La Sombra del Viento*. Recordó cómo Yara le había hablado con tanta pasión sobre esa historia, cómo sus ojos brillaban cada vez que mencionaba algún capítulo. Intentó leer algunos párrafos, tratando de encontrar consuelo en las palabras que tanto habían significado para Yara, pero las letras pronto se desdibujaron cuando las lágrimas empezaron a nublar su vista.
Cada palabra le recordaba a ella, cada línea parecía un recordatorio del amor que compartían, y del dolor que ahora la estaba consumiendo. Cerró el libro de golpe, incapaz de soportar más el peso de los recuerdos, y lo dejó caer al suelo. El llanto que había estado conteniendo desde que salió de casa de Ona finalmente la venció. Se abrazó a sí misma en el sofá, sollozando con fuerza, dejando que toda la desesperación que sentía saliera en forma de lágrimas.
Cuando las lágrimas comenzaron a secarse y su respiración se hizo más lenta, Alexia se obligó a calmarse. Sus ojos se posaron en las fotos que había pegado en la pared junto a su biblioteca, imágenes de ella y Yara en momentos felices: sonrisas, abrazos, pequeños instantes capturados que ahora parecían tan lejanos. Una foto en particular la atrapó, la que le había sacado a Yara un día en el balcón, con el atardecer pintando el cielo detrás de ella. Era la imagen que había elegido como fondo de pantalla en su teléfono, un recordatorio constante de lo que Yara significaba para ella.
Sacó su móvil y miró la pantalla, observando la foto con una tristeza infinita. Yara sonreía en la imagen, una sonrisa genuina, llena de vida. Era la sonrisa que siempre había amado, la que iluminaba su día sin importar qué. La idea de que esa sonrisa podría haberse desvanecido por su culpa era insoportable.
Alexia sintió una opresión en el pecho mientras recorría con la mirada las imágenes y los recuerdos que las acompañaban. Pensó en todo lo que había hecho para construir algo especial con Yara, en cómo había intentado proteger ese amor y en cómo, en un solo momento, todo parecía haberse desmoronado. La culpa y la impotencia la envolvieron, y se dio cuenta de que no podía quedarse allí, inmersa en su dolor. Necesitaba hacer algo, necesitaba encontrar una manera de arreglar las cosas.
Se levantó del sofá, con los ojos aún hinchados por el llanto, y se dirigió a su habitación. Sabía que no tenía las respuestas en ese momento, que las palabras que necesitaba decirle a Yara aún no se habían formado en su mente, pero lo único que podía hacer era tratar de calmarse, de descansar, para que al menos, al día siguiente, pudiera pensar con claridad.
Se dejó caer en la cama, agotada tanto física como emocionalmente. El cansancio la arrastró hacia el sueño, pero no sin antes que su mente divagara sobre cómo podría arreglar las cosas con Yara. Pensó en cómo podría demostrarle que nada de lo que vio en el baño era lo que parecía, en cómo hacerle entender que su amor por ella era lo único real en medio de todo ese caos.
Finalmente, Alexia se durmió, sus pensamientos llenos de incertidumbre y esperanza, rogando en silencio que al despertar, pudiera encontrar la manera de enmendar el daño y recuperar lo que más le importaba en el mundo.—————————
Me da mucha pena que Alexia esté así, pero había que meter un poco de drama a la historia sorry😶🌫️😶🌫️
Gracias a todxs los que me comentasteis sobre los microrrelatos, al final he decidido modificar un poco el segundo para que no fuera tan predecible desde el principio y ya lo he enviado. Ahora tocará esperar a los resultados😬😬

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𝑯𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒍𝒂 𝒖́𝒍𝒕𝒊𝒎𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓...🥀🐬- 𝑨𝒍𝒆𝒙𝒊𝒂 𝑷𝒖𝒕𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔
RandomYara, una jugadora de fútbol poco conocida, se une a la selección española, deseando conocer a sus mayores inspiraciones, pero encuentra a Alexia Putellas muy distante con ella. A medida que Yara busca su lugar en el equipo, descubre que la frialda...