Capitulo 5

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La semana siguiente pasó en un suspiro, entre entrenamientos intensos y partidos amistosos. A pesar de que Yara había hecho algunas amigas en el equipo, sus interacciones con Alexia seguían siendo escasas. Pero eso cambió un día después de un duro entrenamiento, cuando Yara decidió quedarse un rato más en el gimnasio para trabajar en su resistencia.

Mientras corría en la cinta, perdió la noción del tiempo y no se dio cuenta de que ya era bastante tarde. El gimnasio estaba vacío, excepto por ella… y Alexia, quien había entrado discretamente y ahora estaba usando las pesas en la esquina. Yara sintió un nudo en el estómago al verla, pero trató de concentrarse en su entrenamiento.

Alexia
Desde el momento en que entré al gimnasio, me di cuenta de que Yara estaba allí. Se suponía que debía estar sola, en mi espacio de siempre, pero el destino parecía decidido a seguir colocándome cerca de ella. La incomodidad habitual que sentía cuando estaba cerca me golpeó de nuevo, pero esta vez, en lugar de ignorarla, decidí observar.

Mientras Yara corría, Alexia no podía evitar notar la determinación en su rostro. La nueva jugadora estaba dando todo de sí misma, como siempre, sin importar cuán cansada estuviera. Era algo que Alexia admiraba profundamente, aunque le costaba admitirlo.

Finalmente, después de un largo rato de silencio, Alexia decidió acercarse. Algo en ella había cambiado desde su conversación con Mapi; tal vez era el hecho de que ya no podía seguir ignorando lo que sentía.

—Estás trabajando duro —comentó Alexia, su voz sonando más suave de lo que esperaba.

Yara, sorprendida, desaceleró la cinta y se giró para mirar a Alexia, que ahora estaba a su lado.

—Sí, quería mejorar mi resistencia —respondió Yara, mientras apagaba la máquina—. Necesito estar al nivel de todas vosotras.

Alexia esbozó una pequeña sonrisa, algo raro en ella cuando estaba cerca de Yara.

—Ya estás al nivel, Yara. No tienes que demostrar nada. Lo que has mostrado en el campo es impresionante.

Yara se quedó en silencio, procesando las palabras de Alexia. Era la primera vez que la capitana le dirigía un cumplido directo, y no podía evitar sentirse orgullosa.

—Gracias. Significa mucho viniendo de ti —dijo Yara, sintiendo que finalmente había roto una barrera entre ellas.

Por un momento, las dos se quedaron en silencio, pero esta vez no fue un silencio incómodo. Había una conexión, un entendimiento mutuo que ninguna de las dos había anticipado.

Mientras recogían sus cosas para salir del gimnasio, Yara no podía dejar de pensar en la conversación que acababan de tener. Alexia, aunque seguía siendo algo distante, parecía más abierta, más dispuesta a dejarla entrar en su mundo. Yara no sabía qué pensar de eso, pero una cosa era segura: su admiración por la capitana se estaba transformando en algo más.

Esa noche, mientras se acostaba en la cama, no pudo evitar sonreír. Quizás, solo quizás, había una oportunidad de que lo que sentía no fuera solo una ilusión.

𝑯𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒍𝒂 𝒖́𝒍𝒕𝒊𝒎𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓...🥀🐬- 𝑨𝒍𝒆𝒙𝒊𝒂 𝑷𝒖𝒕𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora