Capitulo 23

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Yara decidió ir al parque para despejarse un poco después de la confusa y dolorosa interacción con Alexia. Caminó por los senderos tranquilos y, al encontrar un banco apartado, se sentó allí para intentar calmarse y ordenar sus pensamientos. Estaba sola y pensaba en si debía escribirle a Alexia para aclarar las cosas o simplemente dejar que el malentendido se disipara con el tiempo.

Mientras estaba sentada en el banco, un hombre se acercó y se sentó a su lado. Al principio, no le prestó mucha atención, asumiendo que sería una simple coincidencia en un parque público. Sin embargo, pronto el hombre comenzó a hablarle de manera insistente, haciendo preguntas personales y tratando de entablar una conversación que se sentía cada vez más invasiva.

Yara notó que el hombre se estaba acercando más de lo que le parecía cómodo. Sus movimientos eran discretos, pero cada vez se situaba más cerca de ella, invadiendo su espacio personal. Yara intentó mantener la calma, pero el miedo comenzó a apoderarse de ella. La situación se estaba volviendo incómoda y, a pesar de su capacidad para defenderse, se sintió paralizada por la intrusión.

El hombre continuó acercándose, y Yara sintió una creciente sensación de peligro. En ese momento, deseó profundamente que Alexia estuviese allí con ella, como una presencia reconfortante que pudiera ayudarla a sentirse segura. La realidad de su ausencia se hizo más evidente y dolorosa, y el parque, que había sido su lugar de reflexión y tranquilidad, se convirtió en un escenario de temor.

Yara intentó levantarse discretamente para alejarse, pero el hombre no parecía dispuesto a dejarla ir. Su ansiedad aumentó a medida que él seguía insistiendo en acercarse, haciendo que el miedo se apoderara de ella por completo. La situación se volvió aún más tensa mientras Yara buscaba una manera de salir de ese momento incómodo y aterrador.

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Alexia había estado dando vueltas en su habitación, inquieta por su actitud de esa noche. Se había dado cuenta de lo mal que había actuado y cómo su desconfianza había afectado a Yara. Decidió que necesitaba disculparse y aclarar la situación, así que se dirigió a la habitación de Yara.

Al llegar, picó a la puerta y entró, pero para su sorpresa, solo encontró a Ona y Mapi. Ambas la miraron extrañadas cuando Alexia les preguntó por Yara.

—¿Dónde está Yara? —preguntó Alexia con urgencia. Necesitaba hablar con ella y explicarle todo lo que había pasado.

Ona, algo sorprendida por la preocupación de Alexia, le dijo que Yara había salido al parque. En ese instante, la preocupación de Alexia se transformó en desesperación. Sin perder tiempo, salió corriendo en busca de Yara.

Mariona y Jenni, que estaban con Alexia, le dijeron a Mapi y Ona que luego les explicarían la situación. Alexia, con el corazón acelerado, se dirigió al parque con la esperanza de encontrar a Yara antes de que fuera demasiado tarde.

Alexia había llegado al parque con el corazón latiéndole a mil por hora. Había corrido desde el hotel con la esperanza de encontrar a Yara antes de que la situación se complicara aún más. Mientras buscaba, el cielo se había oscurecido y las luces del parque empezaban a encenderse, proporcionando una tenue iluminación que ayudó a Alexia a encontrar a Yara.

Finalmente, la vio. Yara estaba caminando lentamente por el sendero del parque, completamente ajena al peligro que se acercaba. El hombre que estaba con ella se le estaba acercando demasiado, y la expresión de miedo en el rostro de Yara era evidente incluso desde lejos. Alexia sintió un nudo en el estómago al ver la situación.

Cuando el hombre estuvo a punto de agarrar a Yara, Alexia no pensó ni un segundo más. Corrió hacia ellos con todas sus fuerzas, su mente centrada únicamente en proteger a Yara. El hombre había extendido la mano para darle la vuelta, pero antes de que pudiera hacerlo, Alexia le propinó un puñetazo en la cara. El impacto fue fuerte y el hombre cayó al suelo, atónito y dolorido. Se levantó tambaleándose y se alejó rápidamente, sin mirar atrás.

Yara, temblando, miró a Alexia con una mezcla de miedo y alivio en sus ojos. Alexia, con el corazón aún acelerado, se acercó y la abrazó con toda la fuerza que tenía. La envolvió en sus brazos, intentando transmitirle todo el consuelo y la protección que podía. Yara se aferró a ella, sus manos apretando la camiseta de Alexia mientras trataba de calmarse.

—Lo siento —murmuró Alexia, su voz temblando ligeramente. —Lo siento mucho

Se sentaron en el banco del parque, rodeadas por la tranquilidad que contrasta con la tensión que habían vivido poco antes. Alexia envolvió a Yara con su brazo, todavía preocupada, mientras intentaba encontrar las palabras para explicar la situación.

—Yara —empezó Alexia con una voz que denotaba cansancio—, lo siento mucho. Cuando te llamé esta tarde y no obtuve respuesta, me preocupé. Salí a tomar el aire y recibí un mensaje de un número desconocido que decía que estabas engañándome con Ona.

Yara la miró con sorpresa y confusión.

—¿Un mensaje? ¿De un número desconocido? No entiendo. ¿Por qué alguien haría algo así?

Alexia suspiró profundamente, su expresión reflejaba una mezcla de frustración y arrepentimiento.

—No lo sé, Yara. Me dejó muy confundida y molesta. Pensé que podías estar ocultándome algo. Fue un error actuar de esa manera sin comprobar los hechos. No debí dudar de ti.

Yara asintió lentamente, intentando procesar lo que escuchaba.

—Entiendo por qué te preocupaste, pero no puedo creer que alguien haya tratado de manipularnos así.

Alexia se inclinó hacia adelante, apoyando sus codos en las rodillas.

—Lo siento. Al principio, cuando te vi tan seria en la cena y luego vi que te habías ido al parque, me sentí aún más confundida. No quise que te sintieras herida o ignorada, pero estaba cegada por la duda.

Yara cogió la mano de Alexia, apretándola suavemente.

—No te preocupes por eso ahora. Lo importante es que estoy bien. No sé qué haría sin ti hoy. Gracias por venir a buscarme.

Alexia sonrió débilmente, sintiendo un alivio al ver que Yara estaba tranquila.

—Siempre estaré aquí para ti. Vamos a volver al hotel. Necesitamos estar juntas, hablar y asegurarnos de que todo esté bien.

Se levantaron del banco, caminando de vuelta al hotel con un nuevo entendimiento y una conexión aún más fuerte. Mientras se dirigían hacia el hotel, el aire fresco del parque les daba una sensación de calma que necesitaban después de la tormenta emocional.

Ya en el hotel, se dirigieron a sus respectivas habitaciones, con la promesa de hablar más a fondo al día siguiente. Aunque la noche había sido difícil, sabían que enfrentarla juntas era lo que realmente importaba.

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Pues parece que Ona no es la responsable del mensaje y menos mal porque sino no lo hubiera soportado 😮‍💨
Yara ha estado en peligro por culpa de ese hombre, ¿quién es? ¿por qué iba a por Yara?
Alexia menos mal también que se dio cuenta de su error y fue a buscarla, a saber qué hubiera pasado si no hubiese llegado a tiempo.
¿Qué os ha parecido esta situación?

Por cierto, la historia de Alexia y Ona la empezaré a publicar cuando acabe esta porque así no mezclo cosas de ambas historias y así me centro en seguir solo con esta historia.

OBJETIVOS
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-5 comentarios de este capítulo y luego si queréis más de la historia de ona y alexia con posibles ideas que os gustaría aportar

Publicaré el siguiente capítulo si a las 0:00 de hoy se han cumplido los objetivos.
Muchas gracias a todo el mundo por el apoyo que le estáis dando a la historia, sois lxs mejores😊

𝑯𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒍𝒂 𝒖́𝒍𝒕𝒊𝒎𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓...🥀🐬- 𝑨𝒍𝒆𝒙𝒊𝒂 𝑷𝒖𝒕𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora