Capitulo 52

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La mañana del viaje llegó con un sol brillante y un aire fresco que prometía un día perfecto para comenzar la escapada. Yara y Alexia se despertaron temprano, llenas de entusiasmo por el viaje que habían planeado con tanto esmero. Prepararon el coche con las provisiones y el equipaje necesario, y después de una última revisión, se pusieron en marcha hacia la montaña.

El viaje en carretera fue relajante, con música alegre de fondo y una conversación animada sobre las expectativas para el fin de semana. La vista del paisaje cambiando mientras ascendían hacia la montaña solo aumentó su anticipación.

Cuando finalmente llegaron a la cabaña que habían alquilado, ambas quedaron impresionadas por el entorno. La cabaña estaba rodeada de altos árboles, con una vista panorámica de las montañas y un pequeño río que fluía cerca. Era el refugio perfecto para desconectar y relajarse.

—Es precioso —dijo Yara, con una sonrisa de satisfacción mientras miraba alrededor—. Creo que elegimos el lugar perfecto.

Alexia asintió, sintiendo el peso de la tranquilidad del lugar. Aunque en el fondo sabía que el tema con Raúl aún tenía que ser tratado, decidió que, por ahora, disfrutaría del momento.

Pasaron el resto del día explorando el área circundante. Hicieron una caminata ligera por un sendero cercano, disfrutaron del aire fresco y de la belleza del paisaje. La tarde se deslizó suavemente en una cena que prepararon juntas en la cabaña, cocinando a la luz de una vela en una cocina acogedora. La noche se llenó de risas y conversación mientras se acomodaban en el sofá con una manta, viendo la primera de las películas que habían llevado.

Al día siguiente, el cielo estaba despejado y las estrellas eran claramente visibles. Decidieron aprovechar la oportunidad para observar las estrellas desde una manta extendida en el exterior, cerca de la cabaña. Con una manta alrededor de ellas, se tumbaban en el suelo, compartiendo pensamientos y sueños bajo el cielo estrellado.

—¿Sabías que hay una constelación llamada “El Cisne” que está asociada con la música y la poesía? —preguntó Yara, señalando una serie de estrellas que brillaban intensamente.

—No, no lo sabía —respondió Alexia, mirando hacia donde Yara señalaba—. Es increíble cómo el cielo puede contarnos historias.

Mientras compartían esos momentos de calma y conexión, Alexia decidió que era el momento adecuado para hablar sobre el mensaje de Raúl, aunque había intentado disfrutar del viaje sin pensar demasiado en ello.

—Yara —empezó Alexia con voz suave—, quería contarte algo que ha estado en mi mente desde ayer.

Yara se giró hacia ella, mostrando interés y preocupación.

—Claro, ¿qué pasa?

Alexia tomó aire, eligiendo cuidadosamente sus palabras.

—Recibí un mensaje de Raúl, un antiguo amigo de la universidad. Me dijo que hay algo que podría afectarme a mí y a mis proyectos. Al parecer, alguien ha estado intentando manipular información importante.

Yara frunció el ceño, sorprendida pero comprensiva.

—Eso suena serio. ¿Qué vas a hacer al respecto?

—Ya he hablado con Raúl —explicó Alexia—. Me dio un sobre con algunos detalles. No quiero que esto arruine nuestro viaje, así que planeo investigar más cuando regresemos. Solo quería que lo supieras, por si ves que estoy distraída o preocupada.

Yara asintió, cogiendo la mano de Alexia.

—Gracias por decírmelo. Entiendo que esto es importante, pero también quiero que disfrutes de este tiempo juntas. Si necesitas mi ayuda, cuenta conmigo.

—Lo sé, y agradezco tu apoyo —dijo Alexia, sonriendo con gratitud—. Lo último que quiero es que esto afecte nuestro tiempo aquí. Haremos de este viaje un momento para nosotros.

Con esa promesa en mente, ambas decidieron disfrutar al máximo del resto del día. Pasaron la mañana explorando más senderos y por la tarde se relajaron junto al fuego en la cabaña, disfrutando de un ambiente cálido y acogedor.

Sin embargo, la tranquilidad no duró mucho. A medida que la noche avanzaba, un estruendoso golpe en la puerta de la cabaña las sorprendió. Ambas se miraron, inquietas. ¿Quién podría estar llamando a esa hora en un lugar tan aislado?

Alexia se levantó para abrir la puerta con cautela. Al hacerlo, se encontró con una figura familiar pero inesperada: Raúl. Parecía visiblemente agitado y preocupado.

—¿Raúl? ¿Qué haces aquí? —preguntó Alexia, confundida y alarmada.

—Lo siento por aparecer así, pero recibí nueva información y sentí que era urgente venir aquí —dijo Raúl, mirando a Alexia y luego a Yara—. Necesito hablar contigo.

Yara, notando la seriedad de la situación, se levantó y miró a Alexia. Alexia asintió, dándole permiso para quedarse si lo deseaba.

—Por favor, entra —dijo Alexia—. Vamos a hablar dentro.

Raúl entró en la cabaña, y mientras Alexia le ofrecía una silla, Yara se quedó a un lado, preparándose para escuchar lo que Raúl tenía que decir. La situación que parecía tan perfecta en su escapada ahora se tornaba en una encrucijada que tendría que enfrentar.

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Perdón por estar tan ausente, los exámenes, trabajos y demás me están dejando K.O
Aún así muchas gracias a toda la gente que sigue votando la historia y apoyándola💞💞

𝑯𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒍𝒂 𝒖́𝒍𝒕𝒊𝒎𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓...🥀🐬- 𝑨𝒍𝒆𝒙𝒊𝒂 𝑷𝒖𝒕𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora