Capitulo 37

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El partido comenzó con una intensidad palpable, desde el pitido inicial ambos equipos se disputaban cada balón como si fuera el último. El estadio estaba lleno de seguidores, todos expectantes de lo que sería el primer gran desafío de la temporada para el Barça. Desde el inicio, las jugadoras del Barça mostraron su dominio, manejando el balón con confianza y precisión. Alexia, como siempre, lideraba desde el medio campo, organizando las jugadas y manteniendo a todas en sintonía.

A los 20 minutos, una falta a favor del Barça les dio una oportunidad de tiro directo. La distancia era considerable, pero Yara se ofreció para lanzarlo. Con la mirada fija en el balón y una concentración total, se posicionó frente a la portería. Sabía que esta era su oportunidad de brillar.

Cuando el árbitro dio la señal, Yara cogió impulso y lanzó un disparo impecable. El balón viajó con velocidad y precisión, superando la barrera y colándose por la escuadra, dejando a la portera rival sin posibilidad de reaccionar. El estadio estalló en gritos de alegría, y sus compañeras corrieron a abrazarla, mientras Yara levantaba los brazos en señal de triunfo. Era un gol espectacular, uno que marcaba la diferencia en el partido y que aumentaba la confianza del equipo.

El juego continuó con la misma intensidad. Las rivales, ahora más presionadas, intentaron responder con ataques rápidos, pero la defensa y la portera del Barça se mantuvieron firmes, rechazando cada intento. Mientras tanto, el medio campo dominaba la posesión, con Alexia distribuyendo el juego y creando oportunidades.

En la segunda mitad, el Barça consiguió un córner a favor. Alexia se encargó de ejecutarlo, enviando un centro preciso al área. Yara, conocida por su habilidad en el juego aéreo, se posicionó entre las defensoras, lista para atacar el balón. Justo antes de que el balón llegara, sintió un fuerte codazo en las costillas, un golpe que le cortó la respiración al instante. Aun así, con una mezcla de reflejo y determinación, Yara saltó y conectó el balón con la cabeza. El balón se dirigió directamente al fondo de la red, ampliando la ventaja para su equipo.

Sin embargo, el dolor del codazo la golpeó con fuerza. Apenas el balón cruzó la línea de gol, Yara se desplomó en el césped, llevándose las manos a las costillas y tratando de recuperar el aire. Alexia, al ver a Yara en el suelo, corrió de inmediato hacia ella, su rostro lleno de preocupación.

—Yara, ¿estás bien? —preguntó Alexia con voz temblorosa, arrodillándose a su lado y acariciándole el rostro.

Yara intentó responder, pero el dolor le impedía hablar. El árbitro, dándose cuenta de la gravedad de la situación, detuvo el juego y llamó a las asistencias médicas. Rápidamente, los médicos entraron al campo y empezaron a evaluar a Yara, que seguía en el suelo, intentando recuperar la respiración.

Alexia se mantuvo cerca, su preocupación evidente mientras veía cómo la atendían. Después de unos minutos que parecieron eternos, los médicos decidieron que era mejor sacarla del campo para una revisión más detallada. Yara, con dificultad, fue ayudada a levantarse y apoyada por los médicos, salió del campo mientras el estadio la ovacionaba en señal de apoyo.

Con Yara fuera, el Barça se reagrupó y jugó los últimos minutos del partido con una mezcla de concentración y preocupación por su compañera. La defensa se mantuvo sólida, y las rivales no lograron crear peligro. Finalmente, el árbitro pitó el final del partido, sellando otra victoria para el equipo. Aunque el marcador reflejaba su superioridad, la mente de todas estaba en Yara.

Tan pronto como se dio el pitido final, las jugadoras dieron la mano a sus rivales rápidamente y corrieron hacia el vestuario para ver cómo se encontraba su compañera. Al entrar, encontraron a Yara sentada, con una bolsa de hielo en las costillas y un leve gesto de dolor en el rostro, pero con una sonrisa que tranquilizó a todas.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Mapi, una de las primeras en llegar.

Yara se encogió de hombros, haciendo una mueca de dolor pero intentando restarle importancia.

—Voy a estar bien —respondió, su voz aún un poco entrecortada—. Fue solo el golpe. Me quedé sin aire por un momento, pero nada grave.

Alexia, que había estado junto a ella desde que la sacaron del campo, le tomó la mano y la apretó con cariño.

—Nos diste un buen susto —dijo Alexia, con una mezcla de alivio y ternura en su tono—. Pero estamos orgullosas de ti. Dos goles increíbles.

El resto del equipo asintió, mostrándole su apoyo y cariño. Yara se sintió abrumada por el afecto de sus compañeras, sabiendo que, aunque el golpe había sido duro, no había nada que el apoyo del Barça no pudiera curar.

El ambiente en el vestuario se relajó mientras el equipo celebraba la victoria. Sabían que, aunque el camino era largo, el espíritu de unidad y determinación que compartían era su mayor fortaleza. Yara, con el corazón lleno de gratitud, se prometió a sí misma que seguiría dando todo por ellas, tanto como ellas lo hacían por ella.

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Ese golpe parece que ha dolido un poco bastante, ¿no creéis?
Pero lo que cuenta es que según Yara, ella está bien, y sabe que alrededor tiene a gente que se preocupa por ella y que la van a cuidar.

𝑯𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒍𝒂 𝒖́𝒍𝒕𝒊𝒎𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓...🥀🐬- 𝑨𝒍𝒆𝒙𝒊𝒂 𝑷𝒖𝒕𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora