Alexia
Alexia se sentía inquieta mientras caminaba por los pasillos del hotel después del entrenamiento. Necesitaba aire, un respiro del peso que sentía en el pecho, así que decidió salir sola a la terraza. Había estado esperando todo el día para pasar un rato con Yara, tal vez dar un paseo, charlar sobre cualquier cosa que no tuviera que ver con el fútbol, pero cuando no recibió respuesta a sus mensajes, comenzó a preocuparse. Trató de tranquilizarse, diciéndose que Yara probablemente estaba descansando, pero no podía evitar sentir una inquietud creciente.Mientras se apoyaba en la barandilla de la terraza, sintiendo la brisa fresca en su rostro, su móvil vibró en su bolsillo. Pensando que podría ser Yara, lo sacó rápidamente, pero su corazón se hundió al ver un mensaje de un número desconocido. Sin embargo, lo que leyó en ese mensaje hizo que su corazón diera un vuelco.
“Yara te está engañando con Ona.”
Las palabras eran simples, pero el impacto que tuvieron en Alexia fue devastador. ¿Cómo podía ser posible? Nadie sabía de su relación con Yara, era algo que habían mantenido en privado. La idea de que alguien supiera lo suficiente como para enviarle un mensaje como ese, y peor aún, la posibilidad de que fuera cierto, la dejó paralizada por un momento.
Alexia se quedó mirando el mensaje, su mente corriendo a toda velocidad. El instinto le decía que no debía creerlo, que era una trampa, pero la duda se había instalado en su corazón. ¿Y si había algo de verdad en ello? ¿Y si Yara realmente estaba con Ona a sus espaldas?
Inmediatamente, intentó ponerse en contacto con Yara. Le envió varios mensajes, la llamó repetidamente, pero no recibió ninguna respuesta. Con cada minuto que pasaba sin una respuesta, la incertidumbre y el miedo crecían en su interior. Finalmente, incapaz de soportar la angustia, decidió ir al gimnasio para liberar algo de la tensión que se acumulaba en su cuerpo.
El ejercicio no la ayudó a despejar su mente como esperaba. Aunque levantaba pesas y corría en la cinta, su mente seguía atormentada por la imagen de Yara con Ona. Se preguntaba cómo alguien pudo haber sabido de ellas si solo Ona y unas pocas personas de confianza estaban al tanto.
Cuando Yara finalmente apareció en el gimnasio, Alexia sintió una mezcla de alivio y rabia. El abrazo por detrás que le dio Yara, que normalmente habría sido bienvenido, la sorprendió y la llenó de contradicciones. Parte de ella quería derretirse en el contacto y olvidar todo, pero la otra parte, la que estaba herida y desconfiada, la obligó a mantener la frialdad.
—Lo siento, Alexia —dijo Yara, sin notar la distancia en la respuesta de Alexia—. Me quedé dormida y apagué el móvil para descansar. No quise preocuparte.
“¿Dormida? ¿De verdad?” pensó Alexia, mientras trataba de mantener la compostura. No sabía si creer en lo que estaba escuchando o si debía cuestionarlo. Cada palabra de Yara sonaba vacía para ella en ese momento, como si no fueran suficientes para calmar la tormenta en su interior.
Alexia respondió con un tono frío, muy alejado del cariño que solía mostrarle, y rápidamente volvió a su rutina de ejercicios para no prolongar la conversación. Cuando terminó, no esperó a Yara, algo que sabía que la heriría, pero no pudo evitarlo. Se sentía traicionada, y hasta que no pudiera aclarar sus sentimientos, necesitaba distanciarse.
Al entrar en el comedor y ver a sus compañeras, Alexia intentó mantener la compostura, pero su expresión seria no pasó desapercibida. Sabía que Jenni, Mapi, Ona, y Mariona la estaban mirando con preocupación, pero no podía hacer nada para cambiar su semblante. Su mente estaba atrapada en ese mensaje y en las posibles implicaciones de todo lo que había sucedido.
Cuando Yara finalmente llegó y se sentó con las demás, Alexia se obligó a no mirarla. No podía enfrentarla sin dejar que las dudas y el dolor se apoderaran de ella. Acabó su cena en silencio, y cuando terminó, se levantó sin esperar a nadie, y se dirigió a su habitación, incapaz de soportar un minuto más la tensión.
Todo lo que quería era entender qué estaba pasando, pero en ese momento, sentía que su mundo se estaba desmoronando, y la única manera de protegerse era encerrarse en sí misma.
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Está potente la cosa al parecer
¿Quién podría haber mandando ese mensaje?
¿Era verdad lo que decía?
Yara y Ona han estado muy juntas siempre pero, ¿serían capaces de hacer eso a espaldas de Alexia?Si podéis, poner en los comentarios qué creéis que va a pasar y si os va enganchado esta historia.
Cada día voy a poner como un objetivo para la historia y así ver el progreso a medida que la voy subiendo.OBJETIVO
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- 5comentarios (no todos de la misma persona)
- 5 seguidores nuevosCuando se cumplan estos objetivos, tendré ya preparado el siguiente para subir😉

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𝑯𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒍𝒂 𝒖́𝒍𝒕𝒊𝒎𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓...🥀🐬- 𝑨𝒍𝒆𝒙𝒊𝒂 𝑷𝒖𝒕𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔
РазноеYara, una jugadora de fútbol poco conocida, se une a la selección española, deseando conocer a sus mayores inspiraciones, pero encuentra a Alexia Putellas muy distante con ella. A medida que Yara busca su lugar en el equipo, descubre que la frialda...