Capitulo 7

852 49 2
                                    

Las mañanas en la concentración eran siempre ajetreadas, con las jugadoras enfocadas en el próximo entrenamiento o en las reuniones tácticas. Sin embargo, después de aquella noche, algo en el ambiente parecía haber cambiado, al menos para Yara. Notaba cómo la tensión entre ella y Alexia se había suavizado, aunque todavía quedaba una incertidumbre flotando en el aire.

Durante el desayuno, Yara se sentó junto a Mapi y Ona como de costumbre, pero no pudo evitar buscar a Alexia con la mirada. La encontró en la otra punta del comedor, hablando con Jenni y Mariona. Cuando sus ojos se cruzaron, Alexia le dedicó una sonrisa discreta, que Yara correspondió con una pequeña inclinación de cabeza.

—Creo que alguien tiene una nueva amiga —bromeó Mapi, dándole un suave codazo a Yara.

—O algo más que eso —añadió Ona, con una sonrisa pícara.

Yara se sonrojó, pero intentó disimular.

—No digas tonterías. Solo hablamos un poco anoche, ya está.

—¿Ah, sí? —dijo Mapi, arqueando una ceja—. Porque desde aquí se ve que anoche hablabas de algo más que táctica.

—No sé de qué hablas —respondió Yara, tratando de sonar despreocupada, pero la sonrisa que no podía ocultar la delataba.

La charla se desvió hacia el entrenamiento del día, pero en la mente de Yara, las palabras de Mapi y Ona resonaban con fuerza. ¿Y si realmente había algo más en lo que estaba comenzando a sentir por Alexia? Pensar en ello le producía una mezcla de emoción y miedo. Decidió que no podía sacar conclusiones precipitadas; solo el tiempo y la cercanía con Alexia revelarían lo que realmente estaba pasando.


Alexia, mientras tanto, se encontraba sumergida en sus propios pensamientos. La conversación de la noche anterior con Yara había sido más relajada de lo que esperaba, pero también había despertado algo en ella que no podía ignorar. Había sentido una conexión, algo que iba más allá de la simple camaradería.

Durante el entrenamiento, Alexia trató de enfocarse en el juego, pero no pudo evitar que su mirada se desviara hacia Yara cada rato. La forma en que se movía por el campo, su determinación y ese destello en sus ojos cuando completaba una buena jugada la tenían completamente cautivada.

—¡Alexia! ¡Concéntrate! —le gritó Montse desde la línea de banda, sacándola de su ensoñación.

—¡Lo siento! —respondió rápidamente, volviendo a la tarea en cuestión.

Pero el daño ya estaba hecho. Sabía que había algo que necesitaba enfrentar, algo que no podía seguir ignorando. Yara era diferente, y eso la asustaba, pero también le atraía.

Durante una pausa en el entrenamiento, se acercó a Mapi, quien estaba estirando cerca de la portería.

—Mapi, ¿puedo hablar contigo un segundo? —preguntó, sintiendo la necesidad de sacar lo que tenía dentro.

—Claro, ¿qué pasa? —respondió Mapi, con una sonrisa.

Alexia se tomó un momento para encontrar las palabras.

—No sé cómo decirlo… pero creo que estoy empezando a sentir algo por Yara. Algo que no esperaba.

Mapi no parecía sorprendida. De hecho, sonrió como si ya lo hubiera sospechado.

—Me alegra que lo reconozcas, Alexia. Se nota que entre vosotras hay algo, aunque sea solo una chispa por ahora.

—Es que… no sé qué hacer con esto. Nunca he sentido algo así por alguien en el equipo, y menos por alguien como Yara, que al principio me sacaba de quicio y, la verdad, no sé por qué—admitió Alexia, bajando la voz para que nadie más las escuchara.

Mapi la miró con comprensión.

—No tienes que decidir nada ahora, pero tal vez deberías darle una oportunidad. No siempre controlamos de quién nos enamoramos, Alexia, y a veces lo mejor que podemos hacer es dejarnos llevar.

Alexia asintió, agradecida por las palabras de su amiga. Sabía que tenía razón, pero aún así, sentía que necesitaba tiempo para procesarlo todo. Sin embargo, una cosa estaba clara: lo que sentía por Yara era real, y tarde o temprano tendría que enfrentarlo.

𝑯𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒍𝒂 𝒖́𝒍𝒕𝒊𝒎𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓...🥀🐬- 𝑨𝒍𝒆𝒙𝒊𝒂 𝑷𝒖𝒕𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora