Por la mañana, Alexia ya estaba despierta, preparándose para el día. Cuando vio entrar a Yara en la habitación, No pudo evitar sonreír. Se acercó a ella con una sonrisa suave y, antes de que Yara pudiera decir algo, la cogió de la cintura y la besó con ternura.
-Buenos días- dijo Alexia con la voz llena de calidez.
Yara, algo sorprendida, se rió nerviosamente al sentir los labios de Alexia sobre los suyos.
-Buenos días- respondió Yara-. Pero, ¿ qué pasa con esa marca que me dejaste? Me has hecho pasar una noche incómoda.
En ese momento le contó lo que pasó con Ona cuando vio la marca.Alexia mantuvo su abrazo, inclinándose para darle un beso en la mejilla.
-Anoche no parecía que te importara mucho- dijo, con una sonrisa juguetona-. De hecho, parecías estar disfrutando bastante y, en cuanto a lo de Ona, no me importa mucho. Confío en ella.
Yara, entre risas, le dio un ligero codazo en el costado.
-Pues que sepas que no me gustó nada- dijo en broma, aunque no pudo evitar sonreír.
Alexia río y, en un movimiento rápido, levantó a Yara en brazos como si fuera un saco de patatas, igual que aquel día en el entrenamiento. La llevó a la cama, dejándola allí y empezando a besarla apasionadamente. Las caricias y besos se volvían más intensos, mientras se dejaban llevar por la emoción del momento.
Después de unos minutos, Yara, aún jadeando, se apartó ligeramente de Alexia y la miró con una expresión seria pero suave.
-Tenemos que bajar a desayunar-dijo Yara-. Si no, más personas van a empezar a sospechar de nosotras. Ya ves lo que te conté de Ona.
Alexia puso una expresión de pena exagerada, intentando convencer a Yara de que se quedaran.
-Pero, ¿y si nos quedamos un poco más?- preguntó Alexia, con un tono de súplica.
Yara sonrió y, con una mirada divertida, le respondió.
-Si no bajamos, los rumores volarán. Y además, no queremos que el equipo se pregunte por qué estamos tan... ocupadas.
Finalmente, Alexia suspiró con resignación, aunque su cara aún mostraba una sonrisa traviesa.
-Está bien, está bien. Vamos a desayunar. Pero me debes una - dijo Alexia, guiando a Yara hacia la puerta con un brazo alrededor de su cintura.
Ona
Cuando me enteré de que Yara y Alexia estaban liadas, no pude evitar una mezcla de sorpresa y diversión. Desde que había visto cómo se habían vuelto más cercanas, no me había sorprendido del todo, pero nunca imaginé que llegarían a estar juntas. La noche en que Yara me lo contó todo fue un torbellino de emociones para mí. Me estaba riendo y sorprendiendo a la vez mientras ella relataba cómo había sucedido todo: desde la primera conversación hasta los momentos más íntimos. Lo que más me impactó fue el hecho de que Alexia, quien al principio parecía tan distante, había mostrado una faceta completamente diferente con Yara.La marca en el cuello de fue la pista definitiva. Me sentí un poco como una intrusa, pero al mismo tiempo, comprendí la necesidad de Yara de compartir su experiencia con alguien. Después de escucharla, estaba contenta por ellas, aunque no podía evitar sentirme un poco divertida al imaginar cómo había progresado su relación.
Esa mañana, cuando desperté y vi que Yara no estaba en la habitación, no pude evitar sonreír. Mi mente empezó a divagar, imaginando dónde podría estar. La idea de que estuviera en la habitación de Alexia me hizo reír por dentro. Me preparé para bajar a desayunar, aún con una sonrisa en mi rostro.
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𝑯𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒍𝒂 𝒖́𝒍𝒕𝒊𝒎𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓...🥀🐬- 𝑨𝒍𝒆𝒙𝒊𝒂 𝑷𝒖𝒕𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔
RandomYara, una jugadora de fútbol poco conocida, se une a la selección española, deseando conocer a sus mayores inspiraciones, pero encuentra a Alexia Putellas muy distante con ella. A medida que Yara busca su lugar en el equipo, descubre que la frialda...