Después de varios días de entrenamientos y convivencia, las jugadoras se estaban preparando para su primer partido amistoso. La tensión en el vestuario era palpable, todas concentradas en dar lo mejor de sí mismas. Yara, sin embargo, estaba más nerviosa que de costumbre, pero no solo por el partido. Sabía que su relación con Alexia estaba en un punto delicado, donde cualquier cosa podría hacer que se acercaran más o se alejaran definitivamente.
Mientras se vestía, Mapi se le acercó para darle un toque de ánimo.
—Vamos, Yara. Hoy es el día de demostrar lo que vales. No te preocupes por nada más.
Yara asintió, agradecida por el apoyo. Pero cuando levantó la vista, vio a Alexia al otro lado del vestuario, concentrada en atarse las botas. Quiso acercarse y decirle algo, pero las palabras se le quedaron atascadas en la garganta.
—Hoy vas a jugar increíble, lo sé —dijo de repente Alexia, sin mirarla directamente, mientras se levantaba para unirse a las demás.
Yara se sorprendió, pero sonrió tímidamente.
—Gracias. Daré lo mejor de mí.
El partido fue intenso, y Yara jugó con una energía renovada. Hizo varias jugadas destacadas, incluyendo una asistencia que llevó a un gol crucial. Al final, la selección ganó, y mientras todas celebraban, Yara sintió una mano en su hombro.
—Lo hiciste muy bien hoy —dijo Alexia, mirándola con una mezcla de admiración y algo más que Yara no podía identificar.
—Gracias, Alexia. Tú también, como siempre —respondió Yara, tratando de mantener la compostura.
El resto de las jugadoras se unió a ellas, y la celebración se desbordó en risas y gritos de alegría. Pero mientras las demás reían y gritaban, Yara y Alexia se quedaron en silencio, mirándose a los ojos, con una tensión palpable que solo ellas sentían.
Esa noche, mientras se duchaba después del partido, Yara no podía dejar de pensar en Alexia. La forma en que la había mirado, la sensación de sus manos en sus hombros… todo parecía más intenso de lo que debería. Se dio cuenta de que había algo creciendo dentro de ella, algo que no podía ignorar.
Al regresar a la habitación, Ona y Mapi ya estaban hablando sobre el partido.
—¡Fue increíble! Yara, esa asistencia tuya fue clave, ¿lo sabes? —exclamó Ona, todavía emocionada por la victoria.
—Gracias, Ona. Hicimos un gran trabajo en equipo —respondió Yara, sonriendo.
Pero mientras hablaban, su mente volvía una y otra vez a Alexia. Sentía una necesidad creciente de aclarar lo que estaba pasando entre ellas, de saber si la atracción que sentía era recíproca.

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𝑯𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒍𝒂 𝒖́𝒍𝒕𝒊𝒎𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓...🥀🐬- 𝑨𝒍𝒆𝒙𝒊𝒂 𝑷𝒖𝒕𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔
De TodoYara, una jugadora de fútbol poco conocida, se une a la selección española, deseando conocer a sus mayores inspiraciones, pero encuentra a Alexia Putellas muy distante con ella. A medida que Yara busca su lugar en el equipo, descubre que la frialda...