Capitulo 14

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La noche había caído sobre el hotel, y la cena había transcurrido con la usual animación del grupo. Alexia se había sentado cerca de Yara, pero con suficiente distancia para no levantar sospechas. Aunque las dos se lanzaban miradas furtivas y sonrisas tímidas, su cercanía era sutil y cautelosa. Yara hablaba animadamente con Mapi y Ona, riendo y disfrutando del momento, mientras Alexia intentaba mantener una expresión neutral.
Al terminar la cena, Alexia se levantó con un aire de seriedad que sorprendió a todos, especialmente a Yara.

—Yara— dijo alexia, con tono frio—. Cuando termines, ven a mi habitación. Tenemos que hablar de tu rendimiento.

Yara sintió un nudo en el estómago. Las palabras de Alexia, frías y distantes, le trajeron recuerdos dolorosos de sus primeras interacciones. Una sensación de déjà vu la embargó, y aunque intentó ocultarlo, el dolor de su expresión no pasó desapercibido para sus compañeras.
Mapi y Ona, al notar la reacción de Yara, se acercaron para ofrecerle apoyo. Jenni ,con una mirada decidida fue a hablar con Yara al ver su reacción.
—Si Alexia te hace sentir mal, se las verá conmigo—dijo Jenni, su tono era firme y protector.

Yara agradeció las palabras y se dirigió hacia la habitación de su capitana, con el corazón latiendo le con fuerza.

Al llegar, picó la puerta, y desde dentro, escucho la voz de Alexia.

—Está abierta.

Yara entró con cautela y se encontró con Alexia echada en la cama, con un bol de palomitas a su lado. La imagen que vio Yara era tan inesperada como desconcertante.

—¿Qué pasa?— preguntó Yara, aún confundida—. Me dijiste que querías hablar conmigo de mi rendimiento.

Alexia le hizo un gesto para que cerrara la puerta y se acercara a su lado en la cama.

—Sí, pero no tiene que ver con el rendimiento ni nada— dijo Alexia, y antes de que Yara pudiese reaccionar, le dio un rápido beso—. Siento si te hice sentir incómoda antes. Solo estaba tratando de evitar levantar sospechas. Mariona y Jenni me hicieron una especie de interrogatorio y tuve que actuar de esa manera delante de todas para no levantar sospechas.

Yara, todavía asimilando el beso, sonrió levemente.

—Mapi y Ona también me hicieron preguntas— dijo Yara—. Así que no te preocupes, sé cómo se siente.

Ambas se echaron en la cama con el bol de palomitas entre ellas. La conversación se desvió hacia la película que estaban a punto de ver. Alexia, sin embargo, estaba más cariñosa de lo habitual. Mientras Yara estaba inmersa en la trama de la película, sintió como Alexia rodeaba su cuello con los brazos y se acurrucaba contra ella, colocando su cabeza en el hueco entre el cuello y la clavícula de Yara.

Alexia comenzó a dejar besos suaves en el cuello de Yara, provocando un escalofrío en su piel. La sensación era tan íntima y cálida que ya no pudo evitar sonreír y estremecerse al mismo tiempo. Cuando Alexia notó la reacción de Yara, no pudo evitar una sonrisa satisfecha.

—¿Te molesta?—Susurro  Alexia con suavidad, su aliento cálido contra la piel de Yara.

—No, para nada— respondió Yara, con la voz temblorosa—. Solo… no puedo concentrarme en la película.

Alexia se separó un poco, permitiendo que Yara pausara la película. Con la mirada cargada de emoción, Yara cogió la cara de Alexia entre sus manos y la besó profundamente. El beso fue lento y lleno de sentimientos, y las dos se perdieron en el momento.

El tiempo pareció detenerse mientras se besaban, dejando que la intensidad de sus emociones fluyera entre ellas. Finalmente, cuando se separaron,  sabían que la noche se había hecho tarde para una simple charla. Se miraron sonriendo y sintiendo que el tiempo había sido bien invertido.

Alexia, con una expresión de ternura, abrazó a Yara de nuevo, descansando su cabeza en su hombro. No dijeron nada más, las palabras se habían vuelto innecesarias en ese instante de conexión. Con las emociones en un estado de plenitud, se quedaron abrazadas, disfrutando del calor y la intimidad compartida.

Cuando finalmente se levantaron para despedirse,  sabían que este momento de cercanías solo había sido un preludio de lo que estaba por venir. El vínculo entre ellas estaba cada vez más fuerte y, aunque no sabían exactamente a dónde las llevaría, estaban dispuestas a explorar el camino juntas.

—Buenas noches Alexia— susurró Yara con una sonrisa.

—Buenas noches Yara— respondió alexia, robándole un ultimo beso antes de que se separan.

𝑯𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒍𝒂 𝒖́𝒍𝒕𝒊𝒎𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓...🥀🐬- 𝑨𝒍𝒆𝒙𝒊𝒂 𝑷𝒖𝒕𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora