📚Capítulo 72📚

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EMMA

Cinco meses después

Me encontraba en un elegante restaurante, rodeada de un suave murmullo y el aroma de deliciosa comida. La luz suave de las velas creadas en las mesas reflejaba un ambiente romántico, y mi corazón palpitaba con la emoción de la cita con Liam. Su mirada intensa me hacía sentir como si estuviéramos solos en el mundo, a pesar de la multitud que nos rodeaba.

—"Emma, quiero decirte algo"—dijo, su voz grave cortando el suave murmullo del lugar.

—"Dime"—respondí, con curiosidad y un ligero nerviosismo adentrándose en mi pecho. Su tono era serio, y eso atrajo mi atención.

Tomó un profundo suspiro, como si estuviera reuniendo el valor de sus palabras.

—"Mañana te vas a graduar de la universidad como abogada, y quiero pedirte que te mudes conmigo. Quiero dormir y amanecer todos los días de mi vida contigo entre mis brazos"—declaró, su mirada fija en la mía, su sinceridad casi palpable en el aire.

Mi corazón se detuvo por un momento.

—"Oh, Liam"—dije, sintiendo que una ola de alegría me envolvía.

—"Por favor, Emma, quiero que seas la última persona que vea antes de dormir y la primera cuando me despierte, todos los días de mi vida. Lo quiero pasar contigo"—insistió, su voz llena de emoción.

Las palabras flotaban entre nosotros, llenando el espacio de un deseo compartido y de un futuro que prometía ser brillante.

—"Claro que quiero mudarme contigo, mi amor"—exclamé, la certeza de mi respuesta fluyendo sin esfuerzo. Una cálida sonrisa se apoderó de su rostro, iluminando sus ojos.

Se acercó, y con unos suaves movimientos, me besó con ternura. El sabor de sus labios y la conexión de nuestros cuerpos me hicieron sentir como si todo encajara finalmente en su lugar.

—"Sabe que te amo como nunca he amado a nadie, Srta. Ramírez. Eres única"—dijo, la sinceridad en su voz llenando mi pecho de felicidad.

Sonreí, sintiendo que estas palabras eran verdaderas.

—"Yo también te amo, mi profesor favorito"—le respondí, en un tono juguetón, recordando los inicios de nuestra relación, donde la dinámica entre estudiante y profesor parecía tan distante.

—"El único, espero, y que seguiré siendo aunque ya no pueda darte clase"—me corrigió con una sonrisa traviesa, su mirada repleta de complicidad.

—"Siempre lo serás. Te amo mucho, mi amor" —dije, sintiendo el calor del amor que compartimos.

—"Yo también te amo"—respondió, y en esos simples pero significativos términos, supe que nuestro amor estaba destinado a ser duradero, un faro brillando en el camino hacia nuestro futuro juntos.

Mientras disfrutábamos de la cena y nos sumergíamos en conversaciones sobre nuestros sueños, supe que la vida a su lado sería exactamente lo que siempre había deseado.

Seduciendo A Mi ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora