📚Capítulo 32📚

2.5K 161 2
                                    

LIAM

Ella me mira como si hubiera dicho algo malo.

-"Vamos, nena, no me haga repetirlo".

-"No conocía esta parte de usted, Sr. Parker".

-"Nena, no conoce muchas partes de mí. Ahora levanta tus hermosas piernas y dame el mejor show".

Ella abrió sus piernas y empezó a tocarse, dándome la mejor vista del mundo. Mirarla tan mojada hacía que fuera difícil resistir el impulso de ir y follarla.

-"Liam".

Gimió mi nombre cuando su cabeza cayó hacia atrás. No pude aguantar más y me levanté de mi asiento. Tomé sus bragas del suelo y luego le di un beso.

Cuando me despegué de sus labios, coloqué sus bragas en su boca en forma de una bola.

-"Lo siento, nena, no queremos que escuchen".

Me bajé mis pantalones, luego mi bóxer, tomé un preservativo y lo enrollé en mi pene.

-"Maldición, hoy quiero dejar tu vagina rota".

Coloqué mi pene en ella y entré de golpe. Ella gimió contra el trapo.

-"No me canso de sentirte alrededor de mi pene".


EMMA

Liam empezó a entrar rápido y con fuerza; yo solo podía gemir en el trapo que él había colocado en mi boca.

Entonces lo miré agarrar mis senos con sus manos. Lo miré, esperando a ver qué iba a hacer, pero él agarró un plato que había en su escritorio, que no me había dado cuenta.

Era un bizcocho. Él metió su dedo y tomó suspiro, lo colocó en uno de mis senos, haciendo lo mismo con el otro. Luego dejó un camino de entre mis senos hasta mi cuello.

Agarró mis senos y los llevó a su boca, chupó uno y lo mordió de forma que se sentía tan bien. Luego hizo lo mismo con el otro.

Se despegó de mis senos y me miró antes de bajar su cabeza y lamer el camino que había dejado hasta mi cuello.

Mi espalda se arqueó, dándole mejor acceso a mi cuello. Cuando llegó a mi cuello, sentí su respiración agitada en mi oído.

-"Srta. Ramírez, sin duda usted es mi estudiante favorita".

Empezó a dejar besos lentos por mi cuello; sus penetraciones nunca bajaron su ritmo.

-"Quiero follarte todos los días. ¿Por qué crees que el director cambió mis horarios?"

Así que había sido él quien había hecho que el director cambiara su horario, así podía vernos todos los días y podíamos seguir viéndonos en su oficina.

Quitó el trapo de mi boca. -"Quiero escuchar tus gemidos, pero tú decide si quieres que escuchen todos o solo yo".

Seduciendo A Mi ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora