📚Capítulo 67📚

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LIAM

Estaba parado frente al escuincle, quien tenía una sonrisa de ganador en su cara.

—"Lástima que tu plan no funcionó; seguiré dando clase aquí".

—"No, eso no puede ser".

—"Pues créelo, yo seguiré aquí, sin contar que seguiré con Emma".

—"Maldito, esto no termina aquí".

—"Creo que sí; cuídate, escuincle".

Cuando llegué al curso, todos estaban mirando a Emma. De la misma forma, fui y me acerqué a ella, y le di un beso.

Ella me miró con asombro; fue la primera regla que no puso el director. Aquí estoy yo, rompiéndola por ella.

Me giré hacia los chicos. —"Cualquier problema que tengan con la Srta. Ramírez, lo hablan conmigo. Tenemos una relación y somos culpables los dos, y si es por nota, ella era buena antes de que yo llegara, así que no sean envidiosos y pónganse a estudiar".

Puse mi portafolio y me senté. —"Creo que dejé una tarea; voy a llamar por nombre y espero que me la traigan". —Miro a Emma. —"Y el que no la traiga, tiene un cero".

Que si era malo, pues sí; a la primera que llamé fue a la Srta. Ramírez.

—"Ramírez".

Cuando abrí su cuaderno, ahí estaba la tarea; no pude voltearme a mirarla, como demonio, la había hecho tan rápido.

—"Veo que no cumpliste".

La escuché susurrarme.

—"Tú tampoco, ¿quién diablo te hizo esa tarea?".

—"Yo misma, esta mañana. No confiaba en que tú me perdonarías".

—"No puedo negar que eres buena".

Corregí la tarea y ella se sentó. Luego, empecé a llamar a más personas.

—"Srta. Muñoz".

La clase pasó así; cuando todos se fueron, le pedí a Emma que se quedara.

—"Dime".

—"Vamos a ir a un lugar hoy".

—"¿A dónde?".

—"A mi casa. Quiero tenerte todo el fin de semana".

—"Eres especial".

—"Vamos, te acompaño".

Empezamos a caminar hasta la cafetería. Agradecí que no vi al escuincle por ninguna parte. Me despedí de Emma y fui a mi oficina.

No duré mucho cuando tocaron en la puerta.

—"Puede pasar, está abierta".

Miré cuando la puerta se abrió para presentar a Sofía, la chica que le había pedido dos veces que no entrara a mi oficina.

—"¿Qué quieres?".

—"Es por eso que no quieres ser mi profesor, porque la zorra de Emma te pidió que dijeras que no".

Me levanté y en unos segundos está frente a ella.

—"Emma no es ninguna zorra y no vas a venir a mi oficina a insultarla porque no lo voy a permitir".

Tomé una de sus muñecas y la saqué hasta afuera.

—"Y si fuera mujer, desearía ser Emma y no tú. Emma es inteligente y tú no tienes nada en esa cabeza".

Seduciendo A Mi ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora