📚Capítulo 35📚

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EMMA

Liam me saco del el restaurante y empezó a conducir como loco por la calle.

—"Sabe que no vamos a llegar a salvo si conduces así".

—"No te preocupes, no pienso esperar a llegar".

—"¿Qué quieres decir?".

Pero parqueó el carro en un callejón oscuro.

—"¿Qué hacemos aquí?".

Pero él no respondió y se quitó el cinturón, luego el mío.

—"Vamos a hacerlo aquí".

—"Oh Dios mío, Liam, de verdad que no sé quién eres".

Él ni respondió cuando se inclinó y chocó sus labios con los míos. Se despegó de mí y miré cómo se quitó el cinturón con el pantalón y luego su bóxer.

—"¿Qué pasa si alguien nos descubre?".

—"Pagaré la multa si es necesario, ahora lo más importante es estar dentro de ti".

Miré cómo enrolló el preservativo en su pene.

—"Ven, súbete encima de mí y toma el control".

Antes de cambiar de idea, me subí sobre su regazo, eché mis bragas a un lado, luego bajé por su pene despacio.

—"Joder".

Agarró mi cintura y la subió antes de subir su cadera y entrar de golpe dentro de mí. Siguió haciendo el movimiento y yo empecé a encontrarlo a mitad del camino.

Colocó una mano envolviendo mi cintura y la otra en mi cabello antes de bajarme y besarme; sus besos eran salvajes.

—"Eres una adición".

Habló a centímetros de mi boca y luego empezó a bajar por mi cuello dejando besos. Nuestro movimiento de cadera nunca bajó el ritmo.

Me agarró, tirándome contra su pecho, y comenzó a entrar rápido y duro dentro de mí.

—"Maldición, Liam".

—"Eso es, nena, gime para mí".

Sentí mi orgasmo cerca. —"Estoy cerca".

—"Yo también".

Empezó a entrar de golpe; ya a esta hora creía que alguien estaba escuchando o, peor, viendo. Cuando mi orgasmo me llegó, gemí fuerte en el cuello de Liam antes de temblar contra su cuerpo.

Él no duró mucho antes de sentirlo crecer más dentro de mí. Luego, un gemido salió de su boca.

—"Joder, Srta. Ramírez".

Él me sostuvo entre sus brazos hasta que nuestras respiraciones se calmaran, luego me alejó y quitó mi cabello de mi cara.

—"¿Cómo te sientes?"

—"Mejor que nunca".

Él sonrió y me dio un beso entre los labios antes de dejar que me retirara de su regazo. Luego de arreglarnos, él empezó a conducir.

Llegamos a mi casa más rápido de lo que pensé; Liam se giró hacia mí.

—"Te espero mañana en mi oficina desde que llegue".

Seduciendo A Mi ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora