📚Capítulo 36📚

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LIAM

Dejé a Emma en su casa y regresé a la mía. Cuando llegué, el portero me informó que mi esposa estaba esperando por mí.

No tenía idea de qué estaba haciendo en mi casa. Hace meses que no dormimos juntos y hace tres meses que me mudé solo, dejándole la casa a ella.

Llegué y ella estaba sentada en el mueble. Supuse que ella entró con la llave que le dejé al portero para que la mujer de la limpieza viniera a limpiar la casa.

No es raro; ella sigue siendo mi esposa a la vista de todos, pero solo por un papel no es mi mujer en otro sentido.

—"¿Qué haces aquí, Blanca?"

—"Vine para que cenáramos juntos".

—"Ya cené, vengo demasiado cansado".

Ella se levantó del mueble y comenzó a caminar hacia mí hasta estar parada frente a mí.

—"¿Por qué eres así conmigo?"

—"Sabe que no estamos juntos".

—"¿Por qué no quieres? Yo todavía siento algo por ti".

—"Tú quieres algo con lo que no me siento cómodo".

Nuestra relación se fue acabando porque soy un hombre al que le gusta experimentar riesgos en las relaciones sexuales, pero Blanca es de las mujeres que no acepta eso; dice que solo tengamos relaciones en la cama.

Imagínate cinco años haciendo lo mismo, eso aburre. Por eso nuestra relación se fue apagando; cuando nos dimos cuenta, pasábamos meses sin tener relaciones.

—"Podemos intentarlo de nuevo".

—"Lo que no se pudo hacer en casi seis años no se puede hacer ahora".

—"Pero Liam".

—"Buenas noches, Blanca. Deja la llave en la mesa cuando salgas".

Empecé a caminar para irme a mi habitación.

—"Todavía sigues casado conmigo".

—"Llamé a mi abogado hoy; esta semana te llegará el papel para que por fin firmes el divorcio".

Ella se coloca frente a mí y puso sus manos en mi pecho.

—"¿De verdad vas a echar tantos años a la basura?".

—"Es mejor eso que estar en una relación donde no hay amor".

—"Es porque tengo problemas para tener hijos, ¿verdad?".

La miré. —"Por Dios, ¿estás escuchando lo que dices? Jamás te hubiera dejado por eso. Con hijos o sin ellos, si hay amor, todo es perfecto".

Blanca, tienes un problema para quedar embarazada; nunca pudiste tener un hijo conmigo. Pero eso no me importó y todavía no importa.

—"Por lo menos podemos ser amigos".

—"No creo que sea buena idea". —Me despegué de ella y comencé a caminar. —"Gracias por tu visita; espero que no se vuelva a repetir".

Seduciendo A Mi ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora