LIAMLa mañana siguiente, me encontraba emocionado, preparando todo para la graduación de Emma. Sabía que sería un día importante tanto para ella como para mí. Como su profesor y pareja, tenía que estar ahí, apoyándola y celebrando su logro.
Escuché el sonido del agua del baño y, por un instante, me perdí en mis pensamientos, recordando cómo había llegado hasta aquí. Emma había trabajado tan duro para llegar a este día; su dedicación siempre me había impresionado. De repente, la puerta del baño se abrió y ella salió despampanante, vistiendo un hermoso vestido azul que acentuaba cada curva de su cuerpo. La visión de ella me hizo sentir una oleada de deseo, y no pude evitar que mi pene se pusiera duro al instante.
—"¿Cómo me veo?" —preguntó, girando sobre sí misma para que pudiera apreciar su atuendo.
—"Te ves más hermosa que nunca" —le respondí, con una sonrisa admirativa en mis labios.
Emma se acercó y, con un brillo en los ojos, dijo:
—"Me puse el azul porque es tu color favorito. Desde el momento que vi tus ojos, supe que se había convertido en el mío también".
Su confesión me hizo sentir una mezcla de orgullo y deseo profundo.
—"Mi amor, con esa confesión hiciste que se me parara el pene" —le dije, sintiendo cómo la electricidad llenaba el aire entre nosotros.
—"Por Dios, Liam, no sé por qué siempre tienes que ser tan perverso. No puede ser romántico contigo" —respondió, riendo, pero también con un ligero rubor en sus mejillas.
—"Sé que te encanta que sea como soy" —contesté, acercándome un poco más. —"Ahora dime, ¿cómo va a bajármelo?" —pregunté coquetamente.
Ella frunció el ceño de manera juguetona.
—"No puedo, ¡estrujar mi vestido!"
—"Podemos arreglar eso. Tu boca es más que suficiente. Anda, nena, ven y tómame en tu boca" —dije, sintiendo cómo el deseo se apoderaba de mí.
No esperé a que me diera una respuesta. Cuando ella se arrodilló, me baje los pantalones y el bóxer hasta las rodillas, sintiendo que la anticipación crecía.
Emma tomó mi pene con su mano, y cuando lo llevó a su boca, un gemido involuntario salió de mis labios.
—"Maldición, nena, tu boca es lo mejor de este mundo" —gimoteé, sintiendo cómo el placer me invadía.
Agarre su cabello suavemente, sin importarme si eso la despeinaba. En ese instante, no había nada más que quería que eso: su boca y el deleite que me estaba proporcionando.
—"Eso, sigue así" —dije entre gemidos, sintiendo que mi cadera comenzaba a moverse de forma instintiva, impulsada por el deseo.
El ritmo se intensificó, y mientras sus labios lo envolvían, su energía y dedicación me llevaron al límite, el placer aumentando cada segundo.
Cuando estaba a punto de terminar, la sensación era abrumadora. No pude contenerme y, en un poderoso empuje de deseo, entré en su boca de golpe.
—"Joder, Srta. Ramírez" —gimoteé, sintiendo cómo la ola de placer me sobrepasaba.
Al terminar, ella se levantó y me miró con un ligero enojo, lo que me hizo sonreír.
—"¿Qué pasa?"—pregunté, sintiendo un poco de picardía en mi voz.
—"Ahora tengo que arreglarme el peinado" —respondió, frunciendo el ceño.
—"Y a mí me tendrá loco saber que andas hablando por ahí cuando, en este preciso momento, ¡te acaba de traer mi leche! Eso sí que es lo más sexy" —le dije, llevándome una mano a la cabeza, sin poder contener una risa ante la situación.
A pesar de la intención de ser serio, la conexión que compartíamos era innegable. Sabía que este día tan especial podría tener momentos apasionados, pero lo que realmente anhelaba era que nuestra relación floreciera aún más con cada paso que diéramos juntos.
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Seduciendo A Mi Profesor
عاطفيةEmma Ramírez Él es todo un estricto difícil, pero cuando una apuesta me pone la condición de llevarme al nuevo profesor a la cama empieza a verse muy bien, creo que un poco de mi seducción y derretiré ese muro de hielo que tiene. Liam Parker. Ella...