EMMA
Tres meses habían pasado desde que me gradué, y ahora me encontraba en la sala del tribunal, enfrentando uno de los desafíos más grandes de mi carrera. Había conseguido un trabajo como abogada, algo con lo que siempre había soñado desde que era una niña. Mis notas excepcionales y mi dedicación me habían llevado hasta aquí, y el día de hoy sería decisivo.
El caso que tenía entre manos era particularmente delicado: defendía a una mujer que quería obtener la custodia de la hija de una amiga que había fallecido, quien le había dejado una carta indicando su deseo. Sin embargo, la hermana de la difunta estaba decidida a que esto no ocurriera.
Cuando el juez entró, un murmullo recorrió la sala y todos nos pusimos de pie en señal de respeto.
—"Abro esta sesión" —dijo, al sentarse en su escritorio, ajustando sus gafas con una expresión solemne.
Nos sentamos de nuevo, y en un momento de tensión y determinación, me levanté de golpe. Mis nervios se desvanecieron solo al encontrar la mirada de Liam entre el público; su sonrisa me llenó de confianza.
—"Señor juez, la Sra. Karol Núñez, que en paz descanse, le entregó la custodia de su hija a la Sra. Ana Sánchez" —dije, con firmeza en mi voz.
—"Objeción"—intervino el abogado de la demandante, que se levantó rápidamente, su actitud desafiante evidente.
—"Objeción denegada. Continúe, Sra. Ramírez" —ordenó el juez, con un gesto de la mano que indicaba que debía seguir adelante.
Tomé una profunda respiración y continué.
—"Aquí tengo pruebas de que la Sra. Elena Núñez maltrata a la niña. Presentamos una fotografía que demuestra cómo la dejaba encerrada. Los vecinos han tenido que pasarle la comida por la ventana. Señor juez, no podemos permitir que esa niña sufra más" —argumenté, viendo que mis palabras comenzaban a calar.
El ambiente en la sala se volvió tenso, y después de que todos habíamos dado nuestro testimonio, solo quedaba esperar al veredicto final del juez. Cada segundo se sentía como una eternidad.
—"Declaro que la custodia de la joven Emily sea otorgada a la Sra. Ana Sánchez" —dijo el juez, su voz resonando en la sala.
Las palabras resonaban en mi mente, pero el grito desgarrador que llegó de la parte de la demandante me trajo de vuelta a la realidad.
—"¡No puede quitarme a mi sobrina!" —exclamó la mujer, llena de furia y desesperación.
—"Ya he dicho todo lo que tenía que decir" —respondió el juez con firmeza, mostrando que su decisión era final.
Con el corazón acelerado, vi cómo la mujer se sentó, derrotada. La joven que había defendido se acercó a mí, sus ojos llenos de gratitud. La abracé fuertemente, compartiendo su alegría y aliviándome por haber ganado el caso. Era un triunfo que significaba mucho para las dos.
Salí del tribunal con Liam, nuestras manos entrelazadas. El aire fresco del parque cercano era reconfortante después del estrés de la sala.
—"Muchas felicidades, nena" —dijo Liam, mirándome con orgullo.
—"Muchas gracias, mi amor" —respondí, sintiendo que mi corazón se hinchaba de felicidad.
De repente, Liam se levantó y se arrodilló entre mis piernas. Sacó una pequeña caja de su bolsillo, y mi corazón comenzó a latir con más fuerza.
—"Ya que ahora eres abogada y has cumplido tu sueño, quiero decirte algo" —dijo, su voz era suave pero cargada de emoción.
Abrió la caja, revelando un anillo hermoso con un diamante azul que brillaba bajo la luz del sol. En ese instante, el mundo a nuestro alrededor pareció desvanecerse.
—"¿Me harías el honor de ser tu esposo y el padre de tus futuros hijos, Srta. Ramírez?" —preguntó, sus ojos fijos en mí y llenos de amor.
Sin poder contenerme, tomé su rostro entre mis manos.
—"Claro que sí, mi amor" —Respondí, sintiendo cómo las lágrimas se acumulaban en mis ojos. —"Claro que acepto ser tu esposa".
Hasta aquí esta hermosa historia🥺. Muchas gracias por el apoyo que me han dado; espero que les haya gustado. Muchas gracias por todo❤️
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Seduciendo A Mi Profesor
RomanceEmma Ramírez Él es todo un estricto difícil, pero cuando una apuesta me pone la condición de llevarme al nuevo profesor a la cama empieza a verse muy bien, creo que un poco de mi seducción y derretiré ese muro de hielo que tiene. Liam Parker. Ella...