📚Capítulo 48📚

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LIAM

Ese mocoso se atrevió a difundir eso, pero no importaba.

Cuando salimos de la oficina del director, Emma empezó a caminar, pero la detuve.

—"Tenemos que hablar".

—"No podemos levantar más sospechas".

Ella nuevamente comenzó a caminar, cada vez alejándose de mí.

Fui a dar clases en el primer curso que tocaba; en el segundo iba para donde Emma.

La primera clase pasó de maravilla, los rumores callaron y yo salí del curso para ir al siguiente cuando el mocoso apareció en mi camino.

—"Por tu culpa me suspendieron por una semana".

—"Algo debiste hacer para que el director lo hiciera".

—"¡Juró que esto no termina aquí!".

—"Oh, claro que no. Tú estarás en tu pobre casita mientras yo estaré dentro de Emma; claro que no termina aquí".

Empecé a caminar, dejándolo parado como el escuincle que es. Llegué al curso donde Emma estaba.

—"Buenos días, chicos".—Coloqué mi portafolio en la mesa y me giré hacia ellos.—"Les daré un libro, lo leerán y en la próxima clase les haré preguntas y espero que las respondan".

Pasé la hora dejando que leyeran el libro, miré a Emma, pero ella no me miró ni un segundo.

Cuando la clase terminó, ella salió primero que todos. Estaba por buscarla, pero mi teléfono sonó mostrándome la llamada de mi abogado; rápidamente respondí.

—"Dígame, Sr. Torres".

—"Disculpe que lo moleste, Sr. Parker, en hora laborable, pero quería decirle que su esposa, quiero decir, su exesposa, acaba de firmar los papeles del divorcio. Desde ahora es un hombre libre".

—"Muchas gracias, Torres, eres el mejor abogado".

—"Sabe que para eso están los amigos".

Salí del curso en busca de Emma para darle la noticia. Fui a la cafetería, pero ella no estaba; solo estaba su amiga.

Ella me vio y se acercó a mí.—"Si anda buscando a Emma, está en la biblioteca".

Le sonreí.—"Gracias".

Fui hacia la biblioteca de la universidad y ella estaba leyendo el libro que había dejado de tarea.

—"Srta. Ramírez, usted siempre tan estudiosa".

Ella subió su mirada y se encontró con la mía. —"¿Qué haces aquí?".

—"Tenemos que hablar".

—"Este no es el lugar para eso".

—"Acompáñame".

Ella se levantó y yo la llevé a la parte donde los libros de historia estaban; era la parte donde nadie iba a ir.

—"¿Qué pasa? No pueden vernos juntos".

La miró. —"Ya estamos juntos, no vamos a terminar esto por unos estúpidos rumores".

Seduciendo A Mi ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora