Con el paso del tiempo, la vida de Fleur y Hermione encontró un nuevo equilibrio. La rutina diaria se llenaba de momentos especiales con Eléa, quien a medida que crecía, comenzaba a mostrar no solo señales de su herencia mágica, sino también su fuerte carácter. Aunque las noches sin dormir seguían siendo parte de su vida, tanto Fleur como Hermione lograron crear una nueva dinámica que les permitía mantener viva su relación como pareja.Una tarde de primavera, mientras Eléa jugaba en el jardín bajo la atenta mirada de su madre veela, Hermione llegó del Ministerio con una expresión tensa. Fleur, quien de inmediato notó el cambio en su energía, se acercó a ella y le colocó una mano en la mejilla.
—¿Qué sucede, mon amour? —preguntó suavemente.
Hermione suspiró, sintiendo el peso de las últimas semanas. Había estado involucrada en un complicado caso en el Ministerio relacionado con una serie de objetos mágicos robados que contenían poderosas propiedades oscuras. Lo que al principio parecía un simple robo había comenzado a tomar una dirección mucho más peligrosa.
—El caso en el que he estado trabajando está creciendo, Fleur. Cada vez hay más indicios de que alguien está organizando una red de tráfico de artefactos oscuros. Y no estamos hablando de artefactos comunes... algunos de ellos podrían tener conexiones con las antiguas artes tenebrosas —respondió Hermione con preocupación.
Fleur frunció el ceño, preocupada por el tono sombrío de Hermione.
—¿Crees que podría ser tan grave como en los días de los Mortífagos?
—No estoy segura. No quiero pensar que estamos ante algo de esa magnitud, pero hay demasiadas piezas que encajan de una manera inquietante. Harry también está preocupado. Hemos estado investigando sin descanso, pero parece que cada vez que estamos cerca de encontrar respuestas, algo más se interpone —explicó Hermione, su frustración evidente.
Fleur asintió, tratando de calmarla.
—Tú y Harry han enfrentado cosas peores antes, y siempre han salido adelante. Sé que esto es difícil, pero no tienes que cargar con todo sola, Hermione. Estoy aquí para ti, siempre.
Hermione la miró, agradecida por su apoyo, y se permitió descansar por un momento en los brazos de Fleur. La tranquilidad de tenerla a su lado le recordaba que, a pesar de los desafíos, no estaba sola.
—Gracias, Fleur. No sé qué haría sin ti.
Las semanas siguientes fueron intensas en el Ministerio. Hermione y Harry, junto con un equipo especializado de aurores, trabajaban día y noche para desmantelar la red de artefactos oscuros. Los ataques habían comenzado a aumentar, y algunos magos habían sido heridos en extrañas explosiones causadas por la magia inestable de los objetos robados