81(Céleste 3/13)

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Los primeros días en Hogwarts fueron una mezcla de descubrimiento y nervios para Eléa y Céleste. Mientras que Eléa rápidamente se integró en Gryffindor, mostrando una confianza natural y haciendo amigos con facilidad, Céleste enfrentaba un camino un poco más solitario en Ravenclaw. Aunque sus compañeros eran amables y la recibieron con entusiasmo, la joven veela no podía evitar sentirse un poco fuera de lugar.

En las clases, su magia era fuerte pero a menudo impredecible. En Encantamientos, podía hacer levitar los objetos con más fuerza que los demás, pero a veces también los destrozaba sin querer. En Pociones, lograba que los ingredientes respondieran de maneras inesperadas. En el fondo, Céleste temía que su herencia veela estuviera interfiriendo con su control mágico.

Una tarde, mientras caminaba por los pasillos de Hogwarts después de la clase de Herbología, Céleste se encontró con un grupo de estudiantes de Slytherin, uno de los cuales le lanzó una mirada curiosa.

-Tú eres la hija de Delacour, ¿no? -dijo el chico con una sonrisa maliciosa-. La mitad veela. He oído que las veelas son peligrosas.

Céleste sintió una punzada de ansiedad y bajó la mirada, intentando pasar de largo sin responder.

-No es de tu incumbencia -respondió una voz firme detrás de ella.

Céleste giró la cabeza y vio a su hermana Eléa, quien había aparecido de la nada, sus ojos destellando con determinación. Los estudiantes de Slytherin murmuraron algo más, pero decidieron retirarse, dejando a las hermanas en paz.

-¿Estás bien? -preguntó Eléa, acercándose a su hermana.

-Sí... -murmuró Céleste, aunque su voz no sonaba del todo convencida-. No es la primera vez que alguien menciona eso.

Eléa suspiró, poniendo una mano sobre el hombro de Céleste.

-No les hagas caso. Eres increíble, Céleste. Solo porque seas diferente no significa que seas peligrosa.

Céleste intentó sonreír, pero en su interior seguía sintiendo que no terminaba de encajar. Era cierto que la magia veela era intensa y, a veces, incluso aterradora. No podía evitar preguntarse si algún día perdería el control por completo

El Encantó De La Veela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora