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Los preparativos para la boda fueron un proceso lleno de alegría y emoción. Fleur, siendo veela, deseaba incorporar algunas de las tradiciones de su clan, mientras que Hermione quería algo más íntimo y sencillo. Ambas encontraron un equilibrio perfecto entre ambas visiones, creando una ceremonia que reflejaba lo mejor de sus mundos.

La boda se llevó a cabo en los hermosos jardines de la casa que habían llamado hogar durante tanto tiempo. La familia y amigos cercanos se reunieron para celebrar su amor, y el día estuvo lleno de risas, lágrimas felices y promesas eternas.

Cuando llegó el momento de intercambiar votos, Hermione miró a Fleur con todo el amor que había acumulado durante años.

-Fleur, desde el momento en que te conocí, nunca imaginé que nuestras vidas se entrelazarían de esta manera. Has sido mi compañera, mi fuerza, mi paz en medio de la tormenta. Te prometo que, pase lo que pase, siempre estaré a tu lado, enfrentaremos cualquier desafío juntas, y seguiremos construyendo esta vida hermosa que hemos creado. Te amo, más de lo que las palabras pueden expresar.

Fleur, con lágrimas en los ojos, tomó la mano de Hermione y sonrió.

-Hermione, tú eres mi luz, mi ancla, mi razón. Desde el día en que te conocí, algo dentro de mí cambió, y supe que estaríamos unidas para siempre. Prometo amarte con cada parte de mí, cuidar de ti y de nuestra familia, y caminar contigo a través de todo lo que la vida nos traiga. Te amo con todo mi ser, ahora y siempre.

Con esas palabras, intercambiaron anillos, y cuando el hechizo que las unía como esposas fue pronunciado, el aire alrededor de ellas pareció brillar con una magia propia.

Eléa, que había estado observando desde un rincón, corrió hacia ellas, y las tres se abrazaron bajo los aplausos de sus seres queridos. La familia estaba completa, y su amor brillaba con más fuerza que nunca

El Encantó De La Veela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora