Los días siguientes estuvieron llenos de planificación y emoción. Aunque no querían una boda extravagante, ambas deseaban que sus amigos más cercanos estuvieran presentes. Sabían que la noticia sorprendería a muchos, especialmente a los Weasley, quienes seguían manteniendo una relación cercana con ambas.Un fin de semana, decidieron invitar a Harry, Ginny y Ron a la Madriguera para contarles la gran noticia. Aunque Fleur se había sentido incómoda con la idea de ver a Ron nuevamente, sabía que era importante para Hermione. Estaba decidida a mantener la calma y centrarse en el hecho de que, al final del día, Hermione era suya.
Cuando llegaron a la Madriguera, el ambiente era cálido y acogedor como siempre. La mesa estaba llena de comida, y el aroma de los pasteles de Molly se extendía por toda la casa.
—¡Hermione! ¡Fleur! —gritó Ginny, corriendo a abrazarlas en cuanto las vio entrar—. ¡Es tan bueno verlas!
Después de saludos cálidos, todos se sentaron en la mesa, charlando y poniéndose al día. Ron, aunque algo incómodo con la presencia de Fleur, se comportó de manera cordial, haciendo un esfuerzo visible por estar relajado. Sin embargo, Fleur no pudo evitar notar cómo Ron la miraba de reojo de vez en cuando, como si aún no pudiera sacudirse completamente los viejos sentimientos.
Hermione, consciente de la situación, decidió tomar el control del momento antes de que las tensiones pudieran aumentar.
—Bueno, chicos, Fleur y yo tenemos algo importante que contarles —dijo Hermione, tomando la mano de Fleur bajo la mesa y apretándola suavemente.
Los ojos de todos en la mesa se volvieron hacia ellas, expectantes.
—Nos vamos a casar —anunció Hermione con una sonrisa radiante.
Hubo un segundo de silencio, seguido por gritos de alegría de Ginny y Harry. Ginny se lanzó hacia Hermione para abrazarla con fuerza, mientras Harry daba una palmada en la espalda de Fleur, felicitándola. Incluso Ron, aunque visiblemente sorprendido, esbozó una sonrisa y murmuró un "felicidades" algo nervioso.
—¡Esto es maravilloso! —exclamó Ginny, con los ojos brillando de emoción—. ¡Voy a ser dama de honor, verdad?
Hermione rió.
—Claro que sí, Ginny. No podría ser de otra manera.
Mientras la conversación se llenaba de entusiasmo sobre los detalles de la boda, Fleur se sintió más relajada. Ver a sus amigos aceptar la noticia con tanta alegría aliviaba algunos de los miedos que había tenido. Pero en un momento, mientras todos estaban ocupados hablando, Fleur sintió la mirada de Ron sobre ella. No era una mirada de resentimiento, pero había algo de incomodidad en ella