Al llegar a la estación, ambas hermanas fueron recibidas con los cálidos abrazos de Fleur y Hermione. Como siempre, las dos mujeres habían estado esperando ansiosamente noticias sobre su año en Hogwarts.
—¡Céleste, Eléa! —exclamó Fleur, abrazando a ambas con fuerza—. ¡Qué alegría tenerlas de vuelta! ¿Cómo ha sido todo?
Hermione también se acercó con una sonrisa, su mirada llena de curiosidad y cariño.
—Espero que el año haya sido increíble —dijo mientras miraba a Céleste con atención—. ¿Cómo te fue, Céleste?
Céleste se sonrojó ligeramente, pero decidió no contenerse más. Sabía que había llegado el momento de compartir su progreso.
—Fue... fue un año increíble, aunque comenzó un poco complicado —empezó a decir mientras caminaban hacia la salida de la estación—. Al principio, mi magia veela me estaba causando problemas. Era difícil de controlar, y me asustaba que pudiera lastimar a alguien. Pero... —hizo una pausa, mirando a ambas mujeres a los ojos—, lo logré. Aprendí a controlar mi poder.
Fleur se detuvo de inmediato y la miró fijamente, sus ojos azules brillando con orgullo.
—¿De verdad, Céleste? —preguntó con una mezcla de asombro y alegría—. ¿Has logrado dominar tu magia veela?
Céleste asintió con una gran sonrisa.
—Sí, mamá. Fue difícil, pero con la ayuda del profesor Flitwick y... con mucho trabajo interior, finalmente lo hice. Incluso conjuré un Patronus corpóreo.
Hermione, que hasta ese momento había estado escuchando en silencio, abrió los ojos con sorpresa.
—¿Un Patronus corpóreo? ¡Eso es increíble, Céleste! No muchos magos logran hacerlo, y mucho menos en un año tan complicado como el tuyo.
Céleste se rió suavemente.
—Fue un cisne plateado. No sé por qué, pero sentí que representaba algo de mí... serenidad, equilibrio. Es exactamente lo que he estado buscando todo este tiempo.
Fleur dejó escapar una risa llena de orgullo y emoción mientras envolvía a Céleste en un abrazo cálido.
—Estoy tan orgullosa de ti, mi pequeña —murmuró mientras acariciaba su cabello—. Siempre supe que podrías hacerlo. Nuestra magia es poderosa, pero siempre ha sido parte de nosotras, nunca algo que deba temerse.
Hermione también se acercó, envolviendo a Céleste y a Eléa en un abrazo compartido.
—Has hecho un trabajo increíble, Céleste. Sé lo difícil que puede ser enfrentarse a algo tan arraigado en nosotras mismas, pero lo has hecho maravillosamente. —Luego, con una sonrisa cómplice, añadió—. Me muero por escuchar más detalles. Necesitamos un buen té y una larga conversación sobre tus aventuras en Hogwarts
De regreso en su hogar, el ambiente era acogedor y lleno de risas. Mientras se sentaban alrededor de la mesa, Céleste y Eléa compartieron con Fleur y Hermione todas sus experiencias: los desafíos, los momentos difíciles, y, por supuesto, las victorias