A la mañana siguiente, después de una larga noche investigando sobre su herencia veela, Céleste se sentía un poco más enfocada. Eléa, como siempre, se quedó a su lado, dándole ánimos y asegurándole que juntas enfrentarían lo que viniera. Sabían que la vida en Hogwarts era desafiante, pero también sabían que no estaban solas.El primer paso de Céleste fue hablar con el profesor Flitwick. Sabía que si alguien podía ayudarla a encontrar el equilibrio en su magia, sería él, un experto en encantamientos y control mágico. Después de la clase de Encantamientos, se quedó atrás mientras los demás estudiantes se iban.
-Profesor Flitwick -dijo Céleste, intentando no sonar demasiado ansiosa-. Me preguntaba si podría hablar con usted sobre... mi magia.
Flitwick, siempre amable, asintió con una sonrisa y la invitó a sentarse.
-Por supuesto, Céleste. ¿Qué te preocupa?
Céleste respiró hondo y le explicó todo: cómo sentía que su magia a veces la superaba, cómo el incidente en la sala de los duelos la había asustado, y cómo creía que su herencia veela estaba interfiriendo. También le habló del libro que había encontrado en la biblioteca sobre la magia emocional de las veelas.
El profesor Flitwick la escuchó atentamente, sin interrumpirla. Cuando Céleste terminó de hablar, él asintió lentamente, como si estuviera pensando en cómo responder.
-Es cierto que las veelas tienen una magia muy particular -dijo finalmente-. Sus emociones están intrínsecamente ligadas a su poder, lo que puede hacer que su magia sea más volátil. Pero eso no significa que sea incontrolable. De hecho, con la práctica adecuada, puedes aprender a usar esa conexión emocional para mejorar tus habilidades mágicas, en lugar de que te domine.
Céleste lo miró, esperanzada pero aún un poco insegura.
-¿Cómo puedo hacerlo? -preguntó.
Flitwick sonrió.
-Podemos empezar con algunos ejercicios de control mágico. Pero más allá de eso, lo más importante será que aprendas a entender tus emociones y cómo influyen en tu magia. Puede que sea útil que trabajes con alguien que también entienda la magia veela, como tu madre, Fleur Delacour.
El comentario de Flitwick le recordó a Céleste que tenía una poderosa aliada en casa. Su madre había pasado por lo mismo, y siempre había mantenido un control impresionante sobre su magia. Tal vez, con la guía de el profesor y el apoyo de su madre, podría encontrar su camino