En un momento crucial de la batalla, Harry y su equipo llegaron a la casa tras haber recibido la señal de emergencia. Con la ayuda de los aurores, lograron neutralizar a los atacantes restantes y asegurarse de que no hubiera más amenazas inmediatas.
Hermione y Fleur, exhaustas pero aliviadas, se abrazaron en medio del caos.
—Estamos bien... —murmuró Fleur, su voz temblorosa.
—Sí, lo estamos. Pero esto no ha terminado —dijo Hermione, mirando alrededor—. Todavía hay mucho que hacer.
Harry se acercó, ayudando a organizar a los equipos de aurores para asegurar el área y recopilar pruebas de lo sucedido. Los Morlais habían sido derrotados por ahora, pero Hermione sabía que la amenaza no había desaparecido por completo.
—Vamos a necesitar todo el apoyo que podamos obtener para rastrear a los demás y asegurarnos de que esto no vuelva a ocurrir —dijo Harry—. Pero por ahora, deberíamos asegurarnos de que estés bien y de que tu casa esté protegida.
Fleur, agotada pero aliviada, asintió. Hermione la abrazó de nuevo, agradecida por su valentía y fuerza.
—Gracias por todo lo que hiciste. No sé qué habría hecho sin ti —dijo Hermione con sinceridad.
—Lo haría de nuevo mil veces si es necesario —respondió Fleur, mirándola con amor.
A medida que la calma regresaba, Hermione y Fleur se dieron cuenta de que lo que habían enfrentado había dejado marcas profundas en sus vidas. Pero también les recordó la fortaleza de su amor y el valor de su unión. Mientras trabajaban para reconstruir y proteger su hogar, también se preparaban para cualquier futuro desafío que pudiera surgir.
La familia Morlais había sido un grave peligro, pero Hermione y Fleur sabían que, juntos, podían superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino
