El día de la boda finalmente llegó. El cielo estaba despejado y el aire fresco de otoño llenaba el ambiente. Fleur, con su vestido blanco hecho a mano con delicados encajes, parecía brillar con su propia luz. Hermione, en su vestido sencillo pero elegante, no podía apartar la vista de ella.
Cuando llegó el momento de los votos, ambas sintieron que el tiempo se detenía. Frente a sus amigos y seres queridos, Fleur tomó la mano de Hermione y habló con una voz suave pero firme.
—Hermione, cuando te conocí, no sabía que encontraría en ti el hogar que siempre había estado buscando. Eres mi fuerza, mi paz, y el amor de mi vida. Hoy, prometo amarte con todo lo que soy, sin importar las tormentas o las dificultades que enfrentemos. Siempre serás mi todo.
Hermione, con los ojos brillando de emoción, respondió.
—Fleur, nunca imaginé que el amor podría ser tan profundo y tan liberador al mismo tiempo. Me has enseñado a ser valiente, a confiar en mis emociones y a dejarme llevar. Prometo caminar a tu lado, en los momentos buenos y en los difíciles, porque contigo, sé que siempre encontraremos nuestro camino.
El "sí, acepto" de ambas resonó en el aire, y el beso que compartieron fue el comienzo de una nueva vida juntas
