Narra Israel: Las palabras de __ aún daban vueltas en mi cabeza.
"Dijeron que Santiago podría salir de prisión pronto."
No sabía si era cierto o solo un rumor de la prensa, pero verla tan preocupada hizo que todo dentro de mí se encendiera. No iba a permitir que ese tipo volviera a acercarse a ella, mucho menos después de todo lo que habíamos pasado para estar bien otra vez.
Pero antes de preocuparme por eso, tenía que enfrentar otra cosa: el clásico.
El día siguiente era el partido más importante del torneo, y toda la atención estaba puesta en nosotros. Pero ahora, además de la presión del juego, había otra cosa en el aire: los periodistas habían captado a __ en la entrada del club y ya se estaban generando rumores de que había ido a "hacer oficial" nuestra relación.
La mañana siguiente, mientras desayunaba en la concentración con el equipo, Kevin me mostró su celular con una sonrisa burlona.
Kevin: Mira, bro, ahora resulta que trajiste a tu novia a dar declaraciones antes del clásico.
En la pantalla había una noticia con un titular enorme: "¿Confirmado? La novia de Israel visita al club un día antes del clásico".
Me reí sin humor.
Israel: Ni siquiera dijo nada.
Brian: Sí, pero la gente ya cree lo que quiere. Lo bueno es que al menos ya dejaron de decir que andaban con Ríos.
Rodé los ojos y volví a mi desayuno.
Israel: Me da igual lo que digan.
Y en parte, era cierto. Lo único que me importaba era que __ estuviera bien y que no sintiera que todo esto era demasiado.
Después del desayuno, tuvimos una última reunión táctica antes del partido. Yo intentaba concentrarme, pero mi cabeza seguía dividida entre lo que pasaría en el campo y lo que pasaría después. Quería hablar con __ sobre lo de Santiago, quería asegurarme de que ella no tenía miedo y que sabía que yo estaba ahí para lo que necesitara, pensé que lo mejor sería hablar con ella el día de mañana.
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El estadio estaba repleto cuando salimos a calentar. El ambiente del clásico siempre era diferente: más presión, más emoción, más rivalidad.
Intenté bloquear todo lo demás y enfocarme en el juego, pero entonces, mientras estiraba, algo en las pantallas gigantes me llamó la atención.
La cámara había captado a __ en las gradas.
Y no estaba sola.
Las chicas y algunos de sus amigos estaban con ella, todos con camisetas del equipo, gritando y animando. Pero lo que más me llamó la atención fue que ella llevaba mi camiseta.
Me quedé mirándola por un segundo, como si mi cerebro tardara en procesar que estaba ahí.
No esperaba que viniera, no después de todo lo que había pasado el día anterior. Pero ahí estaba, apoyándome, como siempre lo hacía.
No pude evitar sonreír.
Kevin, que estaba calentando a mi lado, lo notó y me dio un codazo.
Kevin: Te ves bien enamorado, cabrón.
Me reí y negué con la cabeza.
Israel:Cállate y ponte a estirar que hoy vas de titular, y lo que menos va a querer el profe, es que te distraigas.
Pero la verdad era que sí. Lo estaba.
Y no me importaba que todo el mundo entero lo supiera.
