Drabbles Wigetta

De vuelta a casa.

Un largo vuelo a Los Angeles nos esperaba. Me observe frente al espejo una vez más en un intento fallido de peinar mi cabello, mi cuerpo se tenso al sentir el fuerte agarre de unas delgadas y suaves manos por mi cintura.
- ¿Que tanto te miras?.- Preguntó mi compañero de piso en un suave susurro a mi oído.
- Pues nada lo de siempre, no puedo acomodar estos pelos.- Masculle molesto pasando nuevamente mi mano sobre mi cabello.
- A ver.- Soltó de mi cintura e hizo girarme sobre mi hombro quedando frente suyo. -¿Que dices? si estas súper guapo así, déjate de tonterías anda.- Una dulce sonrisa se formo en sus labios rasgando, aun más, sus pequeños ojos.
- No me mientas.- Reclame divertido.
- Tss, perdona ¿me estás llamando mentiroso?.- Frunció el ceño levantando las cejas, sus gestos me hacían mucha gracia intentaba contener la risa pero se me hacía imposible. Terminamos estallamos ambos en carcajadas.
Aproveche de sus jadeos entre risas sin cesar para tomar de su cintura y acorralarlo contra la pared.
- ¿Que tanto miras?.- Preguntó sonriente rodeando con sus brazos mi nuca.
- Lo guapo que eres.- Sonreí para finalmente unir nuestros labios repetidas veces en pequeños besos.
- Bien, ya es hora.- Susurro apartandose de mi lado.
- ¿Ya? jo, y yo que ni había empezado.- Reí ante mi propio comentario, un fuerte golpe hacía mi brazo derecho no se hizo esperar por parte de mi compañero.
- Es que es tonto del culo.
- Me amas y lo sabes.- Grite al verle salir por el marco de la puerta.
- Pues apura amado mío que perderemos el vuelo por tu tontería.- Mascullo entre risas enfatizando las palabras "amado mío".