Sentimiento mutuo.

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 Con delicadeza y sin prisa me acomode sobre su pecho a la altura de sus labios pudiendo así unir lenta y tortuosa mente nuestros labios, como si el tiempo no existiese. Introduje mi lengua en su cabida bucal haciendo que este inevitablemente soltará un gemido ahogado, podría volverme adicto a sus labios, una droga poderosa y más efectiva que cualquier otra.
Me tome unos segundos para admirar aquella escena que estaba viviendo, sus hermosos ojos cafés cristalizados, llenos de deseo, amor y lujuria. Nuevamente me aproxime a sus labios para saborearlos a mi antojo, decir que lo estaba disfrutando era decir poco; este colo sus manos por debajo de mi playera haciendome estremecer al frío contacto de sus manos con mi piel, acaricio todo lo que era posible y mucho más. Sentía que en cualquier momento iba a desfallecer y solo era el principio, aun no habíamos llegado más allá de las caricias y besos que no parecían tener fin.
- Te amo.- mascullo entre besos dejandome estupefacto.- te amo, Willy, te amo.- repitió nuevamente en un hilo de voz soltando un gemido, si es que lo que tenía frente a mis ojos parecía un ángel apunto de colapsar.

Y no es sino hasta que despierto, que me encuentro con que todo había sido un sueño. Una triste fantasía creada por mi subconsciente sediento de él, creando escenarios ficticios que no podían hacerse realidad a causa de mi falta de valor al hablar, y solo queda en eso "fantasías". Si todo aquello había sido un sueño quisiera que al despertar él estuviese a mi lado, poder contemplar su rostro dormido, abrazarlo mientras duerme o ser rodeado por sus brazos. Pero en vez de eso solo tenía un gran vacío. ¿Por qué no tenía el valor de decirle lo que sentía? ¿por qué es tan difícil decirlo y mandar a tomar por culo todo y simplemente besarlo? ¿por qué tan cobarde? Tantas preguntas sin respuestas...

Al parecer esta noche mi cabeza no planeaba dejarme dormir. Camine sigiloso intentando no hacer ruido, lo que menos quería era despertar a mi compañero de piso y que me viese con esta cara de espanto, sin mencionar el enorme bulto entre mis piernas.
Llegue a paso lento hasta la cocina, tome un vaso de agua de la nevera y tome asiento un momento sobre el sofá, me quede en estado neutro observando la nada mientras bebía el liquido por completo.

- ¡Que susto macho! ¿que haces a estas horas sentado ahí mirando la nada? casi me da algo tio, ¿que te sucede?.- dijo Samuel angustiado haciendome sobresaltar con su presencia. ¡Lo que faltaba me cago en todo!
- ¡El que casi me mata del susto eres tú!.- reproche dejando el vaso a un lado poniendome de pie dispuesto a irme.- Solo bebía agua, ahora si no te molesta señor miedicas me voy a dormir.- termine por decir abriendome camino hasta mi habitación, pero no, claro que el niño no se quedaría a gusto. Tomo de mi muñeca con fuerza haciendo que soltará un quejido del dolor.- Me estas haciendo daño, ¿que quieres?.- ya estaba comenzando a tocarme la moral, sin mencionar el hecho de que me estaba poniendo ligeramente nervioso.

El contacto físico por su parte siempre fue constante cosa que al principio me parecía extraño ya que solo lo hacía conmigo, pero al final me acostumbre a sus arrebatos de cariño; abrazos, cosquillas, tomarme por la cintura como si fuese un jodido muñeco, y me quejaré.. pff me fascinaba que fuese así solo conmigo, me daba a entender que yo no era igual que los demás ante sus ojos, que al mismo tiempo me agobiaba bastante, este loco con el cual vivo nunca era claro con lo que tenía en mente ni con sus acciones, nunca.

- Tuve una pesadilla, y estoy muy agobiado. Quiero dormir contigo esta noche.- y ahí estaba, una vez más estupefacto frente a su mirada de cachorro que suplicaba a gritos que le dejara dormir conmigo. ¿Esa sensación de querer decir que no pero como es la persona que amas no puedes? pues eso.
- Esta bien, pero ni cucharita ni leches.- reproche divertido haciendole reír. Asintió feliz, como un pequeño niño al que le regalas un estúpido juguete insignificante.
No me molestaba dormir con él, no sería la primera vez.
Intentaba prepararme mentalmente con el hecho de que no debía haber contacto físico, no quería más confusiones, no soportaba despertar a la mañana siguiente prácticamente encima suyo como un gato prendado y encima tener que soportar bromas suyas por los siguientes cuatro días. Pero vamos, que esto ya lo he vivido, nada más acostarnos nos quedamos con la mirada fija en el techo hasta que el sueño nos venció... o por lo menos a él. Mirarlo dormir era de mis actividades favoritas, no es que esto pasara todos los días por eso era de mis favoritas.. porque no estaba acostumbrado a ello.
Entre sus sueños hacía gestos de los más divertidos hasta los más feos.
- Tengo frío.- mascullo entre dormido sin abrir los ojos.- Willy, abrazame.- suplico en un hilo de voz dandome la espalda. Decir que no me estaba muriendo de la ternura seria la mayor mentira de toda mi vida, prácticamente estaba gritando internamente como una loca fangirl. Reí bajo ante mis pensamientos pegandome completamente a su cuerpo abrazandole por la cadera, este al sentir el contacto de mi brazo al deslizar por su obligo tomo mi mano y entrelazo nuestros dedos.

Tal vez no me atrevía a decirle que lo amo, tal vez él tampoco se atrevía a hacerlo, pero nos lo demostrábamos mutuamente a través de cosas como esta. Tal vez lo nuestro no era de palabras sino de hechos.

Drabbles WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora