Reencuentro.

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 Me encantaba estar así de viajes con amigos, divertirnos y pasar el rato, de mis actividades favoritas y no es que sean muy frecuentes, rara vez en la que estábamos todos juntos, solo ocurría cuando algo importante se nos presentaba, como un evento en este caso. Sin mencionar que aprovechamos el momento de darnos una vuelta por Las Vegas.
Mientras esperaba en el aeropuerto a que llegase Samuel, Alex y Frank, tomaba un café con Luzu.

- ¿Todo bien Willfred?.- preguntó Luzu tomando asiento a mi lado luego de haber terminado con su absurda "sesión" de fotos y cortos vídeos para Lana.
- Si, ya casi termino mi café, si no te bebes el tuyo lo haré yo. Estas advertido.- comenté risueño contagiandole con mi risa.
- Venga ya que te reviento eh.- dijo entre risas mientras hacía gestos graciosos.
- Ya quiero que lleguen.- comente cambiando de tema apartando la mirada.
- Samuel querrás decir.- dijo riendo bajo moviendo las cejas de arriba a abajo, es que es tonto.
- Calla un rato. Les voy a enviar un mensaje a ver tal.- finalice el tema tomando entre mis manos mi movil.

"Hey, te extraño." le envié a Samuel, casi al instante llegó su respuesta; "Estoy cerca, espero que me recibas con un fuerte abrazo eh." reí para mis adentros imaginando su cara de tonto con esa sonrisa que me pone nervioso.
- Madre mía vegetoide como te pone eh, mírate si hasta te has puesto rojito. ¡Wigetta!.- canturreó golpeando las manos en plan fangirl. A veces me preguntaba porque le llamaban "Mami Luzu" pero con actitudes como esta no me quedaban dudas.- Eh Willy, mira parece que se te ha caído algo en el suelo.- dijo apuntando a mi izquierda, pero no había nada.
- ¿Estas tonto o qué te pasa?.- ya estaba comenzando a tocarme la moral, voltee con molestia dispuesto a dedicarle unos cuantos insultos hasta que, al alzar la mirada, logré divisar a tres muchachos riendo a carcajadas, sabía perfectamente quienes eran.

Corrí como niño pequeño hacía su madre luego de haberse perdido en un supermercado; solo bastó reír un poco para que notasen mi presencia, enseguida el mayor de ellos hizo a un lado su maleta y se apresuro unos pasos hacía mi hasta que finalmente chocamos el uno contra el otro uniéndonos en un eufórico abrazo, parecía de película, algo exagerado, pero ahora mismo nos encontrábamos en nuestra burbuja y la gente a nuestro al rededor no existía, no ahora.
Sentí como sus brazos presionaban fuerte contra mi espalda mientras reía muy cerca de mi oído contagiandome con esta.
- Ay mi niño, ya te echaba de menos cabezón.- dijo sin dejar de abrazarme, haciendo fuerza logrando elevarme un poco. Cualquiera que nos viese juraría por lo que más quisiera que no nos hemos visto en años y que somos pareja, sin embargo solo él y yo eramos consientes de lo que sucedía entre los dos. Volví a reír apartandome un poco de su lado notando su enorme barba, que inevitablemente me hizo querer tocarle, y así lo hice.
- Madre mía, es que sin mi hasta pareces un vagabundo macho!.- empezamos nuevamente a partirnos en risas mientras fingía que iba a golpearme en cualquier momento.
- ¡Que bonito es el amor!.- canturrearon los demás al unísono mientras reían.
- Que tontos los pobres.- masculle mientras Samuel asentía con una sonrisa de lado.

Esto solo era el principio de unos largos días de pura locura, y "salseo" como diría Luzu.

Drabbles WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora